Voces. Grada 134. Juan Zamoro

Léelo en solo 2 minutos !!

Uno es radioyente desde que escuchaba el parte en el transistor de los abuelos. La radio, para mí, es casi tan esencial como los libros. El verbo y la palabra escrita. La voz, poderosa y versátil, deja más espacio para la atención que lo audiovisual, requiere menos esfuerzo que la lectura y ofrece matices ‘gourmet’ por cada locutor/narrador/’hablante’.

La voz. Las narraciones. Tertulias, debates, coloquios. Lo que queramos. La digitalización del medio trajo, primero, el acceso a cualquier radio del mundo; bastaba conocer su dirección web o la de alguno de los agregadores (Tunein, RadioGarden, etc). Mucho después, demasiado tardaron, las radios aceptaron el acceso a sus programas grabados.

Ese fue el germen de los podcasts. Poco a poco alcanzaron todo su esplendor. Primero, de forma amateur. Luego, con resultados increíblemente profesionales. Finalmente, con grandes producciones apadrinadas por grupos editoriales (PodiumPodcasts, Cuonda o lo podcasts de Ivoox). Hay para todos los gustos, muchos de indudable calidad, con temáticas generalistas o de nicho. Recomiendo explorar cualquier plataforma especializada (ApplePodcasts, Ivoox, PocketCasts, Spotify, Overcast, Spreaker) y curiosear. Algunas sugerencias, muy personales, para empezar: Mixx.io, Aquí hay Dragones, Todopoderosos, Masterminds, Las tres muertes de mi padre, TEDpodcasts… Uso podcasts para mantenerme informado, para aprender idiomas, para conocer temas que me interesan, para profundizar en otros… En cualquier móvil se puede instalar una de estas aplicaciones, y los audios se pueden descargar para escucharlos sin conexión, no ocupan mucho.

Así estaba, feliz con mi catálogo inabarcable de podcasts, cuando caí en las redes de los audiolibros. Si la funcionalidad ‘Lectura en voz alta’ de Play Libros de Google me servía para trayectos largos en coche, a pesar del narrador sintético, debí imaginar que un lector ‘humano’ añadiría un valor incomparable. Disfruto estos días de una suscripción de prueba a Storytel y ando enganchado a ‘Reina Roja’, de Juan Gómez-Jurado. Buena parte de la culpa la tiene Nikki García, la narradora. La ‘lectura’ es más lenta, la sensación es extraña, pero merece la pena probarlo. Una vuelta de tuerca, un regreso al germen de las narraciones, cuando se contaban al calor de una hoguera. La voz, de nuevo, despliega paisajes, historias y personajes.

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Voces. Grada 134. Juan Zamoro
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Voces. Grada 134. Juan Zamoro
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Uno es radioyente desde que escuchaba el parte en el transistor de los abuelos. La radio, para mí, es casi tan esencial como los libros. El verbo y la palabra escrita. La voz, poderosa y versátil, deja más espacio para la atención que lo audiovisual, requiere menos esfuerzo que la lectura y ofrece matices ‘gourmet’ por cada locutor/narrador/’hablante’.
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