La sede de la ONCE en Badajoz ha acogido la segunda cata gastronómica para personas con discapacidad visual, tras otra celebrada en Cáceres y antes de la última de Don Benito.
En la cata se probaron varios vinos extremeños, con la orientación de la ingeniera técnica agrícola y enóloga Paloma Soto, de Catalia, que orientó a los asistentes durante todo el proceso de cata. De esto modo, pudieron disfrutar de las distintas fases que conlleva la cata adecuada de un vino, desde la fase olfativa hasta la degustación final del producto. Soto destacó la sensibilidad demostrada por las personas con discapacidad visual para captar los distintos matices olfativos y de sabor de cada uno de los vinos probados.
La cata se inició con ‘Los Balancines’, un vino blanco suave, para posteriormente pasar al tinto, con ‘D XI’ y ‘Habla del silencio’.
A lo largo de la cata se disfrutó de un ambiente ameno y distendido, conforme Paloma Soto descubría a los asistentes los detalles y curiosidades detrás de cada uno de los vinos catados. Finalmente, para acompañar al último vino se degustaron una serie de quesos de diversas variedades, junto con jamón ibérico, todo ello procedente de Extremadura.
La cata contó con la presencia del director de la Fundación CB, Emilio Jiménez, el delegado territorial de la ONCE en Extremadura, Fernando Iglesias, y el presidente del consejo territorial de la ONCE, Francisco Javier Olivera.
Esta cata se enmarca en un conjunto de actividades recogidas en el convenio de colaboración firmado por Fundación CB y ONCE Extremadura; se trata de la segunda, tras la celebrada en Cáceres el día 3 de mayo, y queda aún pendiente la que se celebrará en la sede de la ONCE de Don Benito el próximo 23 de mayo.
Con estas catas se pretende difundir la cultura gastronómica extremeña entre las personas con discapacidad visual.
