José María Sotomayor
Hace muchos años, quizás demasiados, escribí dos artículos para la revista ‘Toro Bravo’ que editaba la Unión de Criadores de Toros de Lidia. Los titulé: ‘Desde un rincón de mi biblioteca (aproximación a la bibliografía taurina de 1996)’. En ellos di cuenta de todos los libros que habían entrado en mi biblioteca. De aquellos que se encontraban en las librerías y de los no venales, o siéndolo, que no podían conseguirse en estas. No fue una relación de fichas bibliográficas, lo que hubiera resultado muy aburrido, pero sí daba las pistas suficientes para que los interesados pudieran conseguirlos.
Repito ahora el título, no la relación, porque en 2017 se han publicado más libros que en los últimos años. Y matizo lo de publicado pues, lo que apuntaré más abajo, se refiere a los que han entrado en mi biblioteca y que son todos aquellos de los que he tenido conocimiento. Pueden quedar algunos en el olvido, pero solo momentáneamente. Pasará el tiempo e irán apareciendo. Prueba de ello es que algunos, no venales, los más difíciles de encontrar, se están haciendo un hueco, en este momento, en mis estantes.
Cuantificando las publicaciones, en 2012 entraron en la Biblioteca Sotomayor-Muro 92 piezas taurinas; 87 en 2013; 89 en 2014 y 2015; 75 en 2016; y en el listado que he enviado a la Unión de Bibliófilos Taurinos de Francia, con los correspondientes a 2017, aparecen un total de 116 volúmenes. A estos hay sumar los pocos que en estos días están llegando y que no pudieron figurar en el citado listado.
El tipo de pieza más abundante el pasado año es el que vengo denominado Revista-libro con varios colaboradores. Son estas, publicaciones anuales, que deberían clasificarse entre las periódicas, pero que por su formato y contenido se parecen más a una monografía colectiva. En número, le siguen las biografías, o bosquejos biográficos, y otros aspectos, dedicados a ‘Manolete’ con motivo del centenario de su nacimiento y al cumplirse los 70 de su muerte. Pero también se han editado dos biografías, o ensayos, alrededor de ‘Joselito el Gallo’. Y ocho con otros matadores como protagonistas. Entre ellas dos facsímiles de Marcial Lalanda. Once volúmenes han consagrado diversos autores a historias de plazas de toros. Tres agendas han aparecido, e igual número de anuarios, estudios de ganaderías, libros de fotografías, ensayos, novelas y monografías dedicadas a pintura taurina. Dos ejemplares se han ocupado de cada uno de estos aspectos: cirugía taurina, víctimas, antropología, pregones de feria, e incluso, también dos ‘antitaurinos’, uno de ellos facsímil del publicado en 1847, prueba de que ya en aquella época había detractores de las corridas de toros. El conjunto lo completan ejemplares únicos dedicados a refranes, miscelánea, la mujer, historia, ferias, poesía, relatos, vestido de torear, tauromaquias escritas, música, reglamentación, carteles, exposiciones. También, dedicados a los jóvenes y a los festejos populares. Como he anotado, un total de 116 obras. Sumen a las anteriores las publicaciones periódicas y quizás convengan conmigo en que, a pesar de la corriente en contra hacia la Fiesta Nacional, el panorama cultural escrito es halagüeño.
Entre todas, desde mi punto de vista, hay una de obligada referencia. Pero no tengo espacio para hablar de ella. Si únicamente la citara, sería muy cicatero. Quizá, aunque soy lego en la materia contenida en ese voluminoso texto, me atreva a hacer una recensión en la próxima colaboración.
¿quieres saber más?
