Pese a no conseguir la permanencia en la élite del voleibol femenino, el equipo de Arroyo de la Luz no se rinde y se embarca en la tarea de trazar los ejes básicos del próximo proyecto.
El 20 de abril de 2013 el Extremadura Arroyo firmaba un increíble e inolvidable 3-0 ante el hasta entonces imbatido CV Vall d’Hebrón, que certificaba el ascenso a la élite del voleibol femenino español del equipo arroyano, un hito sin igual en el deporte extremeño. Ahora, cuatro temporadas después,y tras concretarse el descenso a Superliga 2, el club cacereño se rediseña de cara al futuro a corto y medio plazo, con el deporte base como referente.
Apenas un mes después de constatarse su viaje de vuelta a la segunda mejor categoría del voleibol nacional, la directiva de la entidad de Arroyo de la Luz, con su presidente Adolfo Gómez al frente, mantiene reuniones constantes, tanto de índole deportiva como de patrocinio, que permitan conocer con qué se cuenta para la confección del primer equipo que dispute la próxima campaña la Superliga 2.
A pesar de la tristeza que supuso el no conseguir la permanencia en la élite del voley nacional, las innumerables de cariño y apoyo recibidas en la sede del Extremadura Arroyo, tanto de aficionados como de representantes de las principales instituciones de la región, han propiciado una febril actividad encaminada a determinar los ejes básicos del próximo proyecto.
En opinión de Adolfo Gómez ese proyecto debe partir de una planificación que contemple a los equipos de base como principal pilar del club. A su juicio, después de una campaña que no deparó los resultados apetecidos, y en la que por primera vez se buscó una confección del primer equipo «más profesional, acorde con la categoría en la que militábamos», el futuro equipo de Superliga 2 debe volver a confeccionarse en un 80% «con jugadores de la cantera y de la tierra, potenciado con un par de fichajes de fuera que refuercen el bloque».
