Julio Esteban Ortega
En el límite de la comarca de Tentudía con los Llanos de Llerena se emplaza la localidad de Bienvenida. Aunque se le ha querido identificar con la Turóbriga de los celtas, el núcleo de población no surgirá hasta la época medieval como Encomienda de la Orden de Santiago y granero del Monasterio de Tentudía, uno de cuyos destacados vicarios fue Juan Riero, natural de esta villa, que vivió entre 1475 y 1545. En los documentos de donación a la Orden de Santiago esta población no es mencionada entre las conquistadas a los árabes por el rey Fernando III, lo que hace pensar que la localidad fue fundada posteriormente, concretamente a principios del siglo XIV, cuando ya figura como encomienda de la Orden de Santiago, como una zona de producción agrícola y de servicio a la Mesta para servir de descansadero en la Cañada Real de León.
El nombre de la villa hace referencia al título mariano ‘La Bienvenida’, alusivo a la Virgen de los Milagros, que ejerce su patronazgo en la ermita de su nombre.
Las primeras referencias escritas acerca de Bienvenida corresponden a un documento registrado por Bernabé de Chaves en 1469, en el que se recogen las reclamaciones presentadas por este concejo al Maestre Juan Pacheco a causa de los problemas con las poblaciones de Usagre e Hinojosa por los aprovechamientos de pastos, que se resuelven a favor de Bienvenida. Todo parece indicar que las rivalidades recientes, y afortunadamente ya pasadas, entre los vecinos de estas localidades arrancan de los mencionados conflictos que acontecen en el Medievo.
Pero no solo en los libros se narra la Historia, también las piedras hablan del pasado y nos ayudan a descubrir nuestros orígenes. Este es el caso de un trozo de mármol que se encuentra en la base de uno de los contrafuertes de la cabecera de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Corresponde a una tracería gótica decorada con motivos geométricos, que en su momento debió de rematar alguna ventana, cornisa o incluso la portada de la propia iglesia. El templo, en sus trazas más antiguas, data del siglo XIV, y en su cabecera aún se conservan restos de las almenas correspondientes a un edificio que tenía funciones defensivas, construido durante un periodo de conflictos que se remontan a la Reconquista.
La iglesia parroquial era la seña de identidad de la parroquia, y la piedra en cuestión quizá formara parte del primigenio edificio construido en las postrimerías del siglo XIII o albores del XIV, que tras sucesivas reconstrucciones dio asiento y prestancia al municipio de Bienvenida.
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