Cuando el día tiene ese punto infame
de los ruidos
y el verso se hipoteca hasta el extremo,
la vida se vuelve del revés,
pierde la inocencia. Nada importa.
Cómo abrazar el sentimiento.
Cuando el cansancio vence a la lucha
y dormir empuja a los rituales de costumbre,
la pasión se vuelve encrucijada.
Al final, todo es abandono
frente a la locura del misterio.
Hurgo en la razón herida.
Cuando al hablar no pronuncio tu nombre
ni declaro la injusticia y las palabras son
el impulso de mi infierno, solo entonces
se abre la conciencia de los muertos
ante el abismo de los días.
Cómo acariciar el aire en las palabras.
Cuando la mirada y las manos son el cortejo
de lo fortuito y el color salta en el vacío,
el fuego nace
en la aparente victoria
de lo imposible.
Palpo la gramática de la vida.
Faustino Lobato
‘Rehacer el alba’
Ed. Vitruvio,
Madrid, 2018, p.60
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