Comienzo las clases en la Facultad de Educación con un video en el que comparto una máxima de Manu, responsable del restaurante Gladys, respecto a la vida y a lo que tiene verdadero valor en el día a día: “Te llevas lo que das”. La mañana está cubierta de niebla y muestra una estampa otoñal melancólica, pero invita a vivir y sentir la vida, desde dentro. Cuando falta el sol parece que nos sentimos llamados a mirarnos y buscar la luz en nuestro propio interior. En la agenda de hoy está marcado un encuentro contigo, me apetecía y ayer te propuse tomar un café; tú mañana tienes médico y el viernes recibes otra sesión de tu ciclo de quimio. Me buscaste para compartir conmigo tus sentimientos y reflexiones en este caminar de vida que los médicos te han augurado con una agenda muy rápida, que te presenta un fin veloz. Me interpelas cómo vivir en el límite sintiendo la frontera a tu vera, no me lo imagino. Esta mañana pensaba en mi sentir sobre el nuevo día, cómo vivirlo, cómo animarme a la tarea de lo que iba a acontecer, y trataba de ponerme en tu lugar. Cómo me levantaría si la frontera estuviera tan cercana y sin control, en el misterio de lo que viene y avanza sin saber cómo. El valor de lo presente cuando es único, sin creer tener atesorado futuro. El fin de semana he estado trabajando el proyecto de vida con un grupo de jóvenes profesionales, nos invitábamos a saber vivir en profundidad el presente, como herramienta de futuro, pero contando todos con el futuro, aunque realmente no lo poseemos. Fue lo que me respondiste tú cuando te pregunté cómo vivías sabiendo que no tenías futuro, que estaba cercano el fin; me dijiste: “¿Tienes futuro tu? ¿Quién lo tiene asegurado?”. Es curioso, vivimos esperanzados con lo que no tenemos. Tú tienes que esperanzarte sin futuro, despojándote de esa conciencia para agarrarte solo al puro presente. Por eso quiero escucharte y llenarme de tu vida, de los sorbos con los que estás bebiendo tu presente apurado; quiero aprender a vivir desde ti, saber morirme viviendo. Porque cuando va faltando el sol miramos solo nuestra luz mortal. Quiero saber vivir mi presente como sé que lo estás haciendo tú, a fondo perdido y amado.
José Moreno Losada
Sacerdote. Profesor universitario
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