Una edición de los Premios Grada tan especial merecía también que todo lo que la rodease fuese acorde a un aniversario tan redondo. Comenzando por las presentadoras, Nuria Labrador y Sara Bravo, todo un lujo por su frescura y su experiencia por tanto tiempo trabajando en directo en radio y televisión, respectivamente. Ambas coincidieron en Canal Extremadura, y ahora podemos escuchar a Nuria en los informativos de la radio regional y ver a Sara en Televisión Española.
Desde el punto de vista musical la gala giró en torno a la Orquesta de Extremadura. Con la preparación previa a cargo de su director titular, Álvaro Albiach, que por un problema familiar tuvo que ser sustituido por Salvador Vázquez, abrió la gala con la pieza ‘Obertura y circunstancia’, de César Guerrero. A partir de ahí se convirtió en el perfecto acompañamiento para el resto de las actuaciones de la gala, y la cerró con la suite de la película ‘Que baje Dios y lo vea’, en homenaje a su director, Curro Velázquez, el último premiado de la noche.
Pilar Boyero volvió a deslumbrar por su voz, por la forma de llenar el escenario y por su compenetración con la Orquesta, con la que interpretó en primer lugar ‘Tengo miedo’, poema de Rafael de León y música del maestro Solano; volvió a salir a escena con ‘Aquella Carmen’, también de su admirado maestro Solano.
Quizá el público no se diese cuenta, pero de entre la Orquesta salió su arpista, la pacense Rosa Rodríguez, para que su ‘alter ego’, ‘Whiteveil’, deleitara al auditorio con ‘Lullaby for a woman’, con la que recientemente ha ganado el concurso ‘Música por la igualdad’ de Almendralejo.
Mili Vizcaíno puso la nota intimista a la gala acompañada, en formato de cuarteto de jazz, por el portugués Claudio Alves a la guitarra, el cacereño Enrique Tejado al bajo y el pacense Pepín Muñoz a la batería. Interpretaron dos temas, ‘Sem fantasía’, con arreglos para orquesta del propio Tejado, y ‘Prencipesinha’, cautivando al público.
Y la emotividad corrió a cargo de Olga María Ramos; no en vano la mejor manera de agradecer el premio que recibió en nombre de su madre fue interpretar ‘Nació en Badajoz’ una habanera que le compuso sobre letra del poeta pacense Francisco Lebrato y que ha sido adaptada para orquesta por Jerónimo Gordillo.
Una gran puesta en escena
Nada luce como merece si no se cuenta con los mejores profesionales. Y con el fenomenal equipo de técnicos de sonido e iluminación de Sonido Juan Ángel, dirigido por Luis Rubio, todo ha resultado a la perfección, con la seguridad que proporciona el gran trabajo previo de preparación de la gala. En un montaje con 55 músicos de la Orquesta, además de las solistas y el cuarteto de Mili Vizcaíno, es necesario cuidar todos los detalles, y la vistosidad del escenario y el buen sonido envolvieron de la mejor manera la gala de entrega de los Premios Grada.
Lo mejor de Extremadura en la mesa
Y concluida la gala se ofreció el tradicional vino de honor a premiados, autoridades y resto de invitados, que pudieron disfrutar de un gran servicio y de un rato ameno en el que departir y compartir las sensaciones que había dejado la gala. Uno de los protagonistas fue nuestro jamón ibérico, servido por Cash al Corte, y el elaborado trabajo de Moisés Monroy, un experto enamorado de nuestra joya gastronómica más apreciada, que siempre tuvo la obsesión de que se oficializase la profesión de cortador de jamón. Él, que reconoce haber sido autodidacta, ha peleado contra el intrusismo y para que se reconozca como actividad económica ser cortador de jamón. Incluso desarrolló un temario para crear una especialidad a través de la Escuela Superior de Hostelería de Mérida. Con su colaboración se consiguió que el jamón, además de bueno, luciese tan bonito en los platos que degustaron nuestros invitados.
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