Las principales entidades del ámbito de la sordoceguera reclaman su visibilidad y plena integración

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Con motivo de la conmemoración del Día internacional de las personas sordociegas el 27 de junio se ha reclamado mayor autonomía bajo el lema ‘Caminando sin barreras’.

La Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España (Fasocide), la Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera (Apascide) y la Fundación ONCE para la Atención a Personas con Sordoceguera (Foaps), las principales entidades del ámbito de la sordoceguera, reclaman el derecho que tienen estas personas a ser visibles en la sociedad.

‘Caminando sin barreras’, es el lema de estas tres entidades utilizado en un acto reivindicativo en el que han intervenido el presidente de Fasocide, Francisco Javier Trigueros; la presidenta de Apascide, Dolores Romero; la vicepresidenta de la ONCE, Patricia Sanz; y el presidente de Foaps, Andrés Ramos.

Se considera sordociega a una persona cuando en ella se combinan dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva) que dificultan su acceso a la información, a la comunicación y a la movilidad. Además, afecta de forma grave las habilidades diarias necesarias para una vida autónoma, requiere de servicios especializados, personal muy formado para su atención y métodos de especial comunicación. En nuestro país hay más de 6.000 personas sordociegas, si bien sería necesaria la elaboración de ese censo completo que contenga toda la información necesaria para un conocimiento profundo de las características de este colectivo, con el objetivo de identificar los recursos que estas personas necesitan en su día a día. Para la creación de dicho censo es fundamental el compromiso por parte de todas las instituciones, tanto públicas como privadas.

Así mismo se debería hacer un esfuerzo para detectar los casos de personas con sordoceguera que actualmente estén aislados, sin ayudas específicas o en entornos inadecuados, además de promover la detección precoz de sordoceguera en la infancia. Es imprescindible generar recursos que les ayuden a conectar con el mundo en muchos ámbitos como el acceso a la información, la educación, la capacitación profesional, el trabajo, las relaciones sociales o la actividad cultural.

Por otro lado, resulta muy necesario impulsar el desarrollo del mediador en la comunicación, que es el profesional especialmente formado para compensar el aislamiento en las personas con sordoceguera congénita y con mayor dependencia. Se necesitarían más centros y soluciones residenciales para aquellas personas sordociegas que no tengan posibilidades de inclusión.

Recientemente, Fasocide, Apascide y Foaps presentaron en Madrid el bastón rojo-blanco como auxiliar de movilidad que identifica a las personas con sordoceguera, siguiendo las recomendaciones de los órganos internacionales que representan a las personas de este sector. La incorporación de una franja roja al bastón blanco, habitualmente utilizado por las personas con ceguera o discapacidad visual grave, indicaría la presencia también de una discapacidad auditiva en el usuario. Un distintivo que aporta mayor seguridad en la autonomía de los desplazamientos, ya que le identificaría como una personas con sordoceguera y, además, facilitaría su posible comunicación con el resto de personas, conscientes de su discapacidad.

Las tres entidades se han unido también para reclamar la incorporación de información relativa a dicho bastón en los reglamentos de circulación, así como en charlas, campañas y demás jornadas sobre seguridad vial. De este modo sería un fuerte apoyo institucional para la realización de campañas de gran alcance que garanticen el reconocimiento por parte de la sociedad el significado de este bastón.