Una exposición en ‘El costurero ‘ explica la historia de la Mérida industrial

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El museo acoge esta muestra a través de 14 paneles explicativos sobre la época de esplendor industrial de la ciudad a finales del siglo XIX y principios del siglo pasado.

El cronista oficial de Mérida, José Luis Mosquera, ha visitado junto al alcalde de la ciudad, Pedro Acedo, esta muestra que se aloja en la sala de exposiciones temporales del museo. Para Mosquera, “en este ámbito tan propicio de El costurero el Ayuntamiento ha tenido el acierto de organizar una exposición sobre la Mérida industrial, una Mérida que ya no existe pero que tuvo su esplendor y queremos recordar aquí”.

Por su parte, Pedro Acedo recordó que vivió y se crió junto al Matadero, que tuvo cerca de 1.000 trabajadores y fue la primera industria de Mérida, que nació con la llegada del ferrocarril y después, sobre los años 50 y 60, empezaron a proliferar otras empresas: “la corchera, el matadero, el polígono de Cepansa, o el Gavilán, una fábrica de cerveza con 200 trabajadores, y la Casera, otra industria emblemática de Mérida”.

La muestra, que se puede visitar hasta el próximo 31 de mayo, coincide con el siglo y medio que este año se cumple de la llegada del ferrocarril a Mérida, que conmemora también el impulso a la industrialización de la ciudad motivado, fundamentalmente, por su situación geográfica.

El entorno de la Estación de ferrocarril fue el embrión de las primeras grandes fábricas, facilitando la entrada y salida de productos como el corcho. La corchera fue en 1947 la primera en conformar ese tejido industrial. Tras ella llegarían Harinas Galán y el Matadero, en 1927, lo que supuso el gran impulso de la ciudad a nivel regional. A raíz de este proceso surgieron otras factorías subsidiarias, fundamentalmente del sector de la agroalimentación. Un desarrollo que se vio apoyado por el Plan Badajoz, teniendo como principal ejemplo a Cepansa.

Todo ello provocó que la población aumentara, atraída por el puesto de trabajo que ofrecían las nuevas industrias. Y con estas industrias llegaron nuevas gentes, trabajadores que engrosaron la población emeritense, que comenzaba a demandar productos que un sector comercial supo muy bien suministrar, convirtiendo a Mérida en un referente en este sentido.

Este siglo y medio ha dejado un importante tejido industrial y comercial que se ha afianzado en nuestra ciudad, del que son excelentes exponentes los numerosos polígonos industriales, que siguen permitiendo a Mérida estar a la cabeza de la industrialización de Extremadura.