La industria del corcho en España, un gigante anónimo

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Extremadura es una de las regiones con mayor elaboración y confección del corcho a nivel mundial, cuya producción total es de unas 340.000 toneladas .

Camilo Bracho
Estudiante de Marketing en ESERP (Madrid)
Foto: Cedida

Desentonando con el panorama nacional, sumido en las distintas crisis que nos venden los medios y haciendo contrapeso al pesimismo y desánimo general, se encuentra la industria del corcho, un gigante, en la cumbre en el terreno internacional, pero anónimo, casi desconocido fuera de sus zonas de influencia. ¿La razón? Al parecer, el progreso no vende, si no cotiza no existe y el reconocimiento, mejor si es en forma de homenaje póstumo.

De origen tradicional y artesano, la producción del corcho en España se ha ido situando a la cabeza, tanto en preparación como en exportación de manufacturas, a nivel internacional. Sus vastas extensiones de alcornocales y la calidad y características del producto son las principales razones del florecimiento de esta industria a nivel planetario.

Con más de un 30% de la producción, España se sitúa en el segundo puesto en la elaboración y confección del corcho a nivel mundial, cuya producción total es de unas 340.000 toneladas; de las cuales Portugal genera un 59%, España un 32%, e Italia un 6%.

Dentro de la Península las regiones predominantes en este sector son Andalucía, Extremadura y Cataluña, que en conjunto acumulan aproximadamente unas 150 empresas, las cuales ocupan en total alrededor de 2.000 trabajadores.
Centremonos en una empresa en particular, con una historia distinta, cuyo dueño es un hombre comprometido, que se ha hecho a sí mismo; se ha ido abriendo paso en una selva de competencia y dificultades, en donde el camino al progreso profesional era y sigue siendo una carrera de obstáculos. Hablo de Arsenio Justo, dueño y fundador de Corchex S.L.

De origen humilde, este extremeño ha ido subiendo peldaños profesionalmente desde muy joven; como ayudante de laboratorio en una fabrica de cerveza o trabajando jornadas de 13 horas como auxiliar administrativo en una empresa de maquinaria agrícola, en la que para ahorrar algún dinero descargaba camiones con piezas, y que, como el mismo cuenta, «nadie se atrevía porque estaba nevando»; ya desde entonces denotaba un espíritu sacrificado y un inconformismo impropios de su edad.

Su entrega le llevo a militar dentro de una gran empresa como Mercedes Benz, dentro de la cual ejerció en el departamento de contabilidad, estudiando perito mercantil por la noche. Posteriormente le asignan poner en marcha el departamento de comercio exterior de la entidad.

Su carácter emprendedor le llevó hasta Guinea Ecuatorial, lugar en el que desempeñó durante una temporada el negocio de la exportación de madera. Tiempo después ve la oportunidad de internarse en el mundo de la manufactura del corcho, idea que no duda en probar y compra una pequeña fabrica. El tiempo hizo esta vez de verdugo, obligándole a cerrar.

Sin embargo poco después, en 1988, decide fundar lo que es hoy en día Corchex S.L. Con tan solo tres trabajadores, esta empresa situada en Badajoz se encuentra en la actualidad en pleno crecimiento y expansión; una prueba de ello, recientes pedidos en Rusia que abren una ventana de perspectiva hacia nuevos mercados internacionales.

¿Pero dónde reside el éxito que está teniendo y que se le augura a Corchex? Muy sencillo, dedicación y compromiso, la calidad característica de su producto y el tesón y entrega diarios.

Como esta existen otras 149 empresas que siguen dando la cara por su sector pese a las dificultades y a la crisis en la industria del vino, que desde 2008 hace mella en su progreso y ha obstaculizado la incursión de nuevos inversores en este tipo de negocio.