La Glorieta de las Víctimas del Terrorismo, en Badajoz, popularmente conocida como rotonda de los corazones, ha acogido de nuevo el acto institucional en conmemoración del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo. Se trata de un lugar lleno de simbolismo, ya que la rotonda central alberga un monumento compuesto por 56 esculturas en forma de corazón con los nombres de las víctimas extremeñas del terrorismo.
Coincidiendo con el vigésimo primer aniversario de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid se ha celebrado este acto al que han asistido representantes institucionales como el delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana; el consejero de Presidencia de la Junta de Extremadura, Abel Bautista, así como concejales del Ayuntamiento de Badajoz y diputados de la Diputación de Badajoz; y en representación de la Asociación Víctimas del Terrorismo Juan Antonio Conejo y María José Ruiz.
El encargado de leer el manifiesto ha sido Juan Antonio Conejo, miembro de la Policía Nacional y víctima de ETA en un atentado en 1989. En su intervención ha remarcado que tras el 11M “surgieron numerosos gestos de solidaridad, de apoyo mutuo, de una sociedad mundialmente unida que se enfrentó conjuntamente al horror del terrorismo como prueba de la resiliencia humana”. También ha criticado la falta de consideración hacia las víctimas del terrorismo, que “no son un colectivo al que mirar con distancia, los últimos acontecimientos en Europa demuestran que la amenaza terrorista está más latente que nunca”.
Por su parte, María José Ruiz ha recordado la importancia de este tipo de actos: “se da voz a los que ya no están con nosotros, para que no se olvide esta etapa dura de la historia de España”. “Pedimos que las instituciones estén ahí cuando las necesitemos, y especialmente no podemos permitir tratos de favor a terroristas a través de penas judiciales más livianas o su presencia en el Congreso”, ha concluido.