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Carmen Carbonell. Un viaje cromático desde las profundidades del alma hasta el universo texturizado

Carmen Carbonell. Un viaje cromático desde las profundidades del alma hasta el universo texturizado
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Podemos reconocer a la artista y fotógrafa autodidacta Carmen Carbonell en su obra, caracterizada por la fusión de la pintura y la fotografía macro, invita al espectador a sumergirse en un mundo de texturas, colores y emociones profundas.

Carmen Carbonell se distingue por su meticuloso uso de múltiples capas de pigmento, superpuestas para crear una sensación de movimiento y profundidad. Su técnica mixta da lugar a texturas orgánicas y vibrantes que otorgan una riqueza táctil a sus piezas. La artista combina esta maestría pictórica con la fotografía macro, capturando los detalles más destacados de cada obra y ofreciendo al espectador una inmersión total en su universo creativo.

En ‘Colors paradise’, su primera serie, pintada de forma autodidacta cuando tenía 15 años, explora la teoría del color y su efecto en la percepción humana. A partir de entonces su obra queda reflejada en varias series, como ‘Profundidades’, nacida de la nostalgia por el mar Mediterráneo, que evoca la inmensidad de los océanos a través de veladuras finas de pigmento que recrean el movimiento y la profundidad de las mareas; ‘Conexiones emocionales’, un manifiesto de atrevimiento que invita a explorar las emociones y liberar la creatividad, en el que destaca el uso de la técnica ‘dripping’ para crear obras abstractas llenas de energía y movimiento; ‘Movimiento estelar’, una evocación de la perfección y la armonía a través de la libertad de expresión artística; ‘Beats of nature’, a modo de homenaje a la naturaleza en su estado más puro e impredecible, capturando su grandeza y poderío; ‘Mina de texturas’, una serie de fotografías de obras efímeras creadas con sales, cristales y medios de filtración, inspirada en los colores de gemas y minerales; ‘Líneas del alma’, con trazos ascendentes que buscan lo eterno, y colores que reflejan las estaciones del año y capturan la esencia de la naturaleza y el estado de ánimo; ‘Universo’, donde realza las texturas del lienzo para crear un mundo propio en el que el espectador puede sumergirse; o ‘Deidades’, un conjunto de obras monocromáticas que interpretan a las diosas griegas y romanas a través de veladuras que aportan profundidad y colores que simbolizan sus poderes.

La obra de Carmen Carbonell es una invitación a experimentar el arte de una manera diferente. Sus creaciones no solo se contemplan, sino que se sienten, se exploran y se viven. Cada textura, cada color, cada detalle está cuidadosamente pensado para evocar emociones y conectar con el espectador a un nivel profundo.


El pasado mes de febrero tuvo la oportunidad de exhibir su nuevo proyecto artístico, ‘Maridar colores’, en el prestigioso Grand Palais de París durante ‘Art Capital’, el salón de arte contemporáneo más importante de Europa. Con este motivo, hemos hablado con ella para conocer mejor su proceso de evolución personal y profesional.

¿Cómo fueron sus inicios en la pintura?
Siempre me ha encantado pintar. A la edad de 7 años pinté mi primer cuadro al óleo, ‘El amanecer en el mar’. Con 15 años comencé mi propio estilo de manera autodidacta y empecé a exponer en Badajoz.

¿Es el arte su principal medio de vida?
Siempre he querido ser artista e ingeniera como mi padre. Me gustan las Ciencias, y más en concreto los procesos de producción. Por ello estudié Ingeniería de las Industrias Agrarias y Agroalimentarias y me especialicé en Tratamiento de Aguas.

¿Cuáles fueron sus referentes artísticos?
Mi familia ha sido mi referente, siempre me han apoyado en todo; y mi gran amigo Juan García Sánchez, que en paz descanse, con quien compartía mi arte y con quien me gustaba mucho estar.

¿Cómo ha influido su formación académica en su desarrollo profesional como artista?
Gracias a la ingeniería soy independiente desde los 23 años. Empecé mi carrera profesional en el mundo de la desalación en Blanes, en Cataluña; luego trabajé en Torrevieja, Alicante, hasta llegar a París, donde me establecí gracias a un megaproyecto de ingeniería. Ahora trabajo en otra empresa líder en tratamiento de aguas.

¿Hubo un momento en el que supo con certeza que iba a desarrollar una carrera como artista?
Siempre he querido trabajar como ingeniera y artista, estoy contenta compaginando las dos vertientes. Solo espero seguir disfrutando como hasta ahora del placer de pintar y crear, seguir exponiendo para ganar más visibilidad y conectar con otros artistas increíbles.

¿Qué le inspiró a desarrollar su propio estilo artístico y cómo ha evolucionado desde entonces?
Empecé con un estilo figurativo y poco a poco fui evolucionando a la abstracción y empecé a combinar la pintura y la fotografía. Desde 2016 trabajo mi propia técnica de texturas, que con los años he ido perfeccionando hasta el día de hoy.

¿Considera que su estancia en París ha sido un punto de inflexión para que su talento artístico alcance un nivel superior?
Por supuesto; empecé a aprender francés escuchando podcasts y busqué trabajo como ingeniera en París con esta idea, empezar a exponer y a moverme en este mundo. París es la capital ideal para ello.

¿Cómo conecta este último proyecto presentado en París con los hitos más importantes de su carrera artística?
Es un gran paso que he conseguido gracias a mi perseverancia. Con el paso de los años he ganado experiencia y he aprendido mucho de mis errores, y ahora estoy recogiendo los frutos de mi esfuerzo.

¿Qué mensaje quiere transmitir al público con este último proyecto?
En el Grand Palais he expuesto tres de mis obras; dos de ellas de la primera serie de pintura que creé desde que vivo en París, ‘Profundidades’, con la que he querido representar la inmensidad de los mares y océanos, el azul profundo, el verde turquesa y las aguas cristalinas; esta serie evoca mi nostalgia por el mar y, al mismo tiempo, me permite tenerlo cerca de mí. También han estado expuestas la serie ‘Impresiones táctiles’, de pintura y fotografía, que explora las posibilidades sensoriales del arte; y la obra ‘Relieves de luz’, donde se aprecia los colores del otoño materializados sobre relieves orgánicos.

¿Cuál fue el punto de unión para que cohesionen todas las obras de este proyecto?
El punto de unión es el mensaje y la temática de mi obra, siempre relacionada con la naturaleza, el universo, el desarrollo personal y la superación. Es una pintura muy viva, llena de luz, fuerza y energía.

¿Cuál será el siguiente paso en su carrera artística?
Tengo algunas exposiciones previstas. En abril voy a exponer en una galería en Le Marais; en los meses de mayo y junio voy a exponer mis fotografías en Arles, una ciudad importante en el sector de la fotografía en Francia; y en octubre voy a exponer en el Salón de Otoño en los Campos Elíseos.

¿Qué mensaje transmitiría, a modo de motivación, a quien esté dando sus primeros pasos artísticos?
Sé tú mismo, disfruta de tu arte y lucha por tus sueños. Con los objetivos claros, un plan de acción y con perseverancia todo llega; y no dejes que nada ni nadie te pare.

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