Seguimos conmemorando el centenario de la publicación de ‘El miajón de los castúos’, y en esta ocasión lo haremos mencionando los ‘Consejos del Tío Perico’, un poema con el que Luis Chamizo obtuvo un accésit en los Juegos Florales convocados en Almendralejo por la Congregación de ‘Los Luises’ en 1919.
Y es en esta composición, precisamente, donde aparece por primera vez la palabra ‘castúos’, inventada por Chamizo y definida magistralmente por don José Ortega Munilla en el prólogo del libro: “El miajón de los castúos, esto es, la esencia, el jugo, el tuétano de una raza… ¡El miajón! Palabra feliz, prodigiosamente hallada entre tantas, así como es felicísima la otra con que el título se completa, ¡los castúos! Los que constituyen la entraña de un pueblo, los guardadores de lo castizo, los que conservan y defienden la majestad intangible de una estirpe”.
Sirvan de muestra estas cuatro estrofas del poema:
“…Quiere un hombre de rïaños, que te quiera,
quiere un hombre con agallas de los nuestros,
d’esos hombres que dispiertan las gallinas
cuando salen con los burros del cabresto,
y en el campo despabilan las alondras
agachás entre los surcos del barbecho…
…Quiere un hombre, quiere un hombre d’estos hombres
ya curtíos por el frío del invierno,
y tostaos por el sol del meyodía,
y bañaos po las aguas de febrero,
y besaos po la luna cuando duermen
en las eras, junt’al trillo, cara’l cielo.
Qu’estos hombres son los machos d’una raza
de castúos labraores extremeños
que inorantes de las cencias de los sabios
las jonduras d’otras cencias descubrieron
cabilando tras las yuntas
en la pas de los barbechos…
…Son asina los cachorros de la raza
de castúos labraores extremeños
que inorantes de las cencias d’hoy en día,
cavilando tras las yuntas, descubrieron
que los campos de su Patria
y la madre de sus hijos, son lo mesmo”.