Me van a permitir salirme del ámbito de empresa para dirigirme al de los particulares, cuidando nuestra salud financiera también.
El motivo es que se avecina una ‘epidemia’ de créditos a corto plazo que acabarán desembocando en endeudamientos innecesarios. Me estoy refiriendo al ‘Compra ahora y paga después’.
En esta época estival es, además, común sucumbir a esta práctica. Parece como si nuestro bolsillo y nuestras neuronas se fueran también de vacaciones.
Y sí, se trata de créditos bajo el nombre de compra aplazada. Estamos tan acostumbrados al ‘Compra ahora y paga después’ de un montón de marcas y establecimientos, que resulta difícil resistirse. En muchas ocasiones se utiliza como un gancho para realizar la venta.
Y hablo de epidemia porque están empezando a aparecer productos de este tipo en todas las entidades bancarias y solo a golpe de un ‘click’ de nuestro teléfono. Y si las entidades bancarias han visto negocio, es que lo habrá.
Su principal peligro radica en que, al tratarse de cantidades pequeñas, no se nos antoja una decisión importante, convirtiéndose en una especie de compra por impulso. El resultado puede ser que nos juntemos con varias pequeñas cuotas de estas que, sumadas, conformen ya un importe no tan pequeño y no tan abordable mes a mes.
Unido al anterior peligro se encuentra el del círculo vicioso; una vez que se ha entrado es difícil salir. Te enganchas a ellos. Y es que, muchas de las veces que hacemos uso de estos créditos lo hacemos para adquirir caprichos innecesarios, que además nos generan deuda e incrementan el coste final del producto.
En un entorno inflacionista como en el que nos movemos vamos a tener menos disponibilidad monetaria. Esto supone que estaremos más tentados.
En resumen ¿Se puede utilizar el ‘Compre ahora y pague después’? La respuesta, en general, es condicional; solo si se cumplen todas las siguientes condiciones:
- Que se trate de algo necesario que ya tuviéramos pensado adquirir
- Que el tipo de interés sea razonable
- Que no incurramos en más gastos al dejar libres recursos de nuestra economía por el aplazamiento