Guillermo Fernández Vara, el expresidente que lideró Extremadura en dos etapas y siempre destacó por su sincero compromiso con las causas sociales, ha fallecido en Badajoz a los 66 años, después de que hace dos años se le diagnosticara un cáncer de estómago.
Nacido en 1958 en la localidad pacense de Olivenza, unió su formación médica con una vocación política marcada por el servicio público y la empatía hacia las personas más vulnerables. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Córdoba en 1983, ingresó por oposición en el Cuerpo Nacional de Médicos Forenses en 1986 y fue profesor de Medicina Legal en la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura de 1988 a 1995, experiencias que le reafirmaron en el valor de la justicia social desde el contacto directo con el sufrimiento humano.
Su entrada en la política a finales de los años 80 del siglo XX, uniéndose al PSOE y colaborando con Juan Carlos Rodríguez Ibarra, su mentor, lo llevó a ser nombrado director general de Salud Pública y Consumo (1995-1996), consejero de Bienestar Social (1996-1999) y consejero de Sanidad y Consumo (1999-2007), donde impulsó políticas de equidad sanitaria y apoyo a colectivos desfavorecidos. Elegido presidente de la Junta de Extremadura en 2007, gobernó su primer mandato (2007-2011) en el contexto de la crisis económica de 2008 impulsando el Pacto Social y Político de Reformas por Extremadura, un esfuerzo que combatió el desempleo rural y promovió la cohesión territorial, priorizando siempre el bienestar social en una región como Extremadura, constantemente enfrentada a grandes desafíos.
Tras un período como líder de la oposición (2011-2015) con José Antonio Monago como presidente de la Junta de Extremadura, regresó al poder en 2015 con el apoyo de Podemos y gobernó hasta 2023, logrando mayoría absoluta en 2019 y avanzando en infraestructuras como la ampliación de autovías y la reforma del Estatuto de Autonomía, todo con un enfoque en el desarrollo sostenible y la inclusión de los más vulnerables. Su última etapa política la desarrolló en el Senado, donde ocupó la vicepresidencia segunda.
Como secretario general del PSOE extremeño, cargo que ocupó de 2008 a 2024, fue crítico con políticas nacionales cuando consideró que no beneficiaban al interés de España, defendiendo con pasión los intereses de los territorios periféricos y mostrando un firme compromiso con su tierra.
La esencia de Guillermo Fernández Vara radicaba en su defensa de las causas sociales, un compromiso que permeó toda su carrera; promovió servicios públicos accesibles, se opuso al Almacén Temporal Centralizado de residuos nucleares en Albalá para proteger el medio rural, y apoyó la transformación digital en zonas despobladas para reducir desigualdades en salud, educación y empleo, siempre con un enfoque en apoyar a personas con discapacidad, familias en riesgo de exclusión y las zonas rurales de la región. También recordamos su gestión de la pandemia, cuando atendía personalmente llamadas de emergencia, y su énfasis en promover becas educativas y centros de salud más cercanos.
Su fallecimiento ha sido lamentado por todos los que coincidieron con él en su etapa de responsabilidad política, evidenciando el impacto emocional y la huella que dejó a lo largo de su trayectoria, incluida su sucesora al frente de la Junta de Extremadura, María Guardiola: “por encima de cualquier diferencia, siempre me ofreció un trato cercano y sincero”.
A Guillermo nos unía un afecto sincero desde su primer mandato al frente de la Junta de Extremadura, que coincidió con el inicio de nuestras actividades; nos alentó a sostener la vocación de dar voz a los más vulnerables y a contar los avances en inclusión sin olvidar las necesidades de los colectivos en riesgo de exclusión; asiduo a las galas de los Premios Grada, nuestro acto social más importante, lo recordaremos por su cercanía serena y por ese respeto cotidiano que hacía fácil el trabajo compartido.