Entrábamos en 2021 despidiendo un año totalmente atípico como el 2020, a causa del maldito virus, y teníamos la esperanza de que estábamos dejando atrás un año bisiesto y que todo lo malo acabaría, pero nada más lejos de la realidad.

Con el incremento de casos debido a la tercera ola de la pandemia todo sigue en el aire y, como no iba a ser menos, en el mundo del motor también se vive esa incertidumbre.

Para empezar vamos avanzando día a día, porque en menos de 24 horas todo puede dar un vuelco y lo que hoy es blanco mañana puede convertirse en negro.

Por un lado, una vez anunciado el calendario de Fórmula 1, y sin que aún haya empezado la temporada, ya estamos conociendo modificaciones; el primer gran premio de esta temporada, que se debería celebrar en Australia, dada la situación del virus allí ha quedado suspendido.

Eso ha hecho que el Mundial se vaya a inaugurar con el Gran Premio de Bahréin, lo cual también llevaría a reflexionar, tanto a la Fórmula 1 como a los propios equipos, que al igual que hace años se celebraron allí los test de pretemporada sin problemas, este año sería una opción más que realista, y con ello tendrían un gran ahorro de gastos de traslado desde donde se suponen que se iban a celebrar, en Barcelona.

Esta noticia no es buena para nosotros, y personalmente mucho menos para mí, que todos los años disfruto de unos días de ensueño asistiendo con pase especial gracias a Ciutat-Hotels; lamentablemente aunque todavía no es oficial cuando escribo estas líneas, mucho me temo que nos quedaremos este año sin test en el circuito catalán. Tal y como se están poniendo las cosas, me daré por satisfecha si puedo asistir en mayo al Gran Premio.

Por otro lado, en cuanto a los rallyes y las competiciones del motor en Extremadura no hay mucho que decir; más de lo mismo, hay que estar pendientes de cómo va evolucionando la situación general para saber algo más.

No quiero terminar sin remarcar que estas ‘preocupaciones’ son insignificantes comparadas con todo lo que está sucediendo alrededor de este bicho. Por supuesto, lo más importante son las pérdidas humanas y las consecuencias para aquellas personas que de una manera u otra lo han sufrido. Por eso, antes de despedirme quiero hacer constar toda mi solidaridad y apoyo hacia esas personas.