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‘El millonario sin hijos y la pobreza con sus hijos’, de Niko Pirosmani. Grada 170. Inmaculada González

‘El millonario sin hijos y la pobreza con sus hijos’, de Niko Pirosmani. Grada 170. Inmaculada González
Foto: Arthive.com
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En mi reciente viaje a Georgia he descubierto a Niko Pirosmani, uno de los máximos exponentes de la pintura de ese bello país y uno de tantos ejemplos de creadores que desarrollan su trabajo al margen de las corrientes y círculos artísticos, y cuyo reconocimiento llega tras el ‘redescubrimiento’ de su obra, bastante tiempo después de su muerte.

Nacido en el poblado de Mirzaani en 1862, se crio en una familia de campesinos. Quedó huérfano a temprana edad y se trasladó a Tbilisi, donde comenzó a trabajar como sirviente de familias acomodadas. Durante su estancia en la capital, el joven aprendió a leer y escribir. A los 14 años, Pirosmani regresó a su aldea natal para ocuparse de las tareas del campo. Más tarde volvería a la capital, donde desempeñó diversos trabajos.

Pirosmani fue un pintor autodidacta. Sus obras fueron influenciadas por las condiciones sociales de su tiempo y lugar. Hay muchas obras sobre comerciantes, tenderos, obreros y grupos de nobles. Le gustaba la naturaleza y la vida rural. Rara vez empleó paisajes urbanos.

El estilo de Niko Pirosmani se encuadra en el primitivismo. Este movimiento artístico surgido en Rusia está muy próximo al arte naïf francés y, como él, privilegia las formas ingenuas, los colores vivos y puros y la escasez o ausencia de perspectiva. Por lo general pintaba sobre hule.

A diferencia de otros artistas, Niko no apuntó a una imitación pura de la naturaleza y no prestó atención a los detalles. Algunas de sus pinturas son monocromáticas. Sus cuadros demuestran la aguda consideración compositiva del autor. Las ubicaciones de las figuras son frontales, mientras que las caras no muestran un estado de ánimo específico.

Pirosmani fue alternando su pasión por el arte con una gran cantidad de trabajos que le permitieron ‘malganarse’ la vida. Las dificultades económicas le persiguieron durante toda su vida. Falleció en 1918, a los 55 años, como consecuencia de la epidemia de gripe que asoló Europa y que le encontró debilitado por malnutrición e insuficiencia hepática.

Pirosmani se enamoró de Margarita, una actriz a la cual le regaló miles de rosas, empleó hasta el último lari que le quedaba, pero no fue correspondido. Después de esto vivió en extrema pobreza en una pequeña habitación bajo las escaleras de uno de los edificios de Tbilisi. La única fuente de ingresos eran sus pinturas, que vendía muy baratas. A veces, pintaba las paredes de las tabernas para ganar algunas monedas para la comida.

En el lugar donde vivía Pirosmani se encuentra el Museo Niko Pirosmanashvili, abierto desde 1982. En este museo se pueden ver sus pinturas y sus objetos privados. En el centro de la sala se encuentra su cuadro más famoso de Margarita.

Lo único triste es que el artista nunca supo de su gran talento para representar la sencillez y la emotividad.

Crédito de la imagen

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