El 18 de noviembre la plaza del Ayuntamiento de Ribera del Fresno acogía la obra de teatro popular ‘Batilo, el poeta de las luces’, toda una representación para divulgar y poner en relieve la vida y obra del hijo más ilustre de la localidad, el poeta, político y jurista Juan Meléndez Valdés.
Durante la misma, justo en la segunda escena, cuando Meléndez ha quedado solo, nadie más le acompaña, el ballet de la solanera Gema Rangel sube a las tablas al son del hiphop del villafranqués Abel, alias el Surko… comienza así la pesadilla del poeta.
La primera pregunta y obligada nos lleva a conocer ¿Por qué ‘El Surko’? Y lo tiene claro: “es el alter ego en el mundillo del hiphop de Abel Clemente Sánchez, un vecino natural de Villafranca de los Barros y adoptado en Almendralejo”, comenta a sus 32 años.
Descubrimos así que la formación académica Abel la inició en su localidad natal donde cursa hasta la ESO, rápidamente supo elegir la modalidad de Artes para el Bachiller, el cual en aquel entonces solo se impartía en la Escuela de Artes y Oficios de Mérida, y es por ello que toma la también decisión de formarse posteriormente como técnico de sonido en Badajoz, trampolín que le serviría para viajar hasta Andoain (Guipúzcoa) con solo 23 años, donde cursa el módulo de Animación 3D y Postproducción de vídeo en la Escuela de Cine y Vídeo. Nunca abandonó la formación, y de manera autodidacta la ha continuado en otros campos como el videomapping.
Confiesa también que el arte para él es un salvavidas, no sabría decir cuándo empezó a tener inquietud por él: “De manera inconsciente diría que nací así, de manera consciente me imagino que algún momento de mi pavera adolescente se me encendería la necesidad de una manera más evidente, antes de marcharme al bachiller supongo”.
Pero va más allá cuando narra entre sus hazañas que lleva escribiendo letras desde los 13 o 14 años, grabando desde los 15 o 16 años, y produciendo en plenitud todo desde los 19 o 20 años.
Algo sabría de todo esto el dramaturgo y director teatral Francisco Blanco cuando, por petición expresa, brinda el proyecto musical sobre Meléndez Valdés a su paisano: “ya intentamos hace unos años crear algo parecido y no se pudo en aquel entonces y ahora por fin he podido prestar algo de mí para uno de sus proyectos”.
Dicen de Meléndez Valdés que fue un adelantado a su época; ahora llega el Surko y adapta el siglo XVIII al siglo XXI. Y es que los textos de Meléndez Valdés y las expresiones artísticas son perpetuas e inmortales para El Surko, solo necesitan que alguien posteriormente se fije o le transmita esa misma sensación, “que encienda una nueva necesidad”, comenta. “Todo se basa en algo que ya está hecho, a veces la originalidad es el enfoque de modo que sigas mirando el mismo objeto, con distinta lente”, añade.
De satisfacción también nos habla Clemente cuando con Gema Rangel interpretando bailes del siglo XXI y poesía del siglo XVIII fusionados; ha descubierto un personaje para él desconocido, nunca antes se había utilizado ninguna pieza suya para una coreografía y, al proponérselo Francisco, no lo dudó.
Hace unos años El Surko haría una interpretación de varios poemas de José de Espronceda para una compañía de teatro que había en Almendralejo. Igualmente, puso la instrumentación y la adaptación de los poemas. “Me encanta que la gente se fije en mi música y trate de darle una visión distinta”, asegura el hijo de Cecilio Clemente, de quien reconoce que siempre ha existido un acompañamiento mutuo, obviamente, aunque también se ha sentido mucho más influenciado por los contextos sociales donde se ha movido.
Y ya para concluir nos habla del que ha sido uno de sus proyectos musicales más recientes, el del pasado mayo, cuando ha publicado un EP producido a medias con Sudakillah, productor de hiphop canario, que lleva por título ‘Alegrías’. Disponible en todas las plataformas digitales de música y en su canal de YouTube el videoclip que dirigió y realizó Ángel Pastrana, que publicaron a finales de octubre. Porque el próximo llegará ya en 2024, “más propenso a recuperar los conciertos”, nos dice.
