Decían T. Adorno y M. Horkheimer en su ‘Dialéctica de la Ilustración’ que “no se trata de conservar el pasado, sino de cumplir sus esperanzas”.¹

Una afirmación aplicada al agotamiento del modernismo, o lo que es lo mismo, al nacimiento del posmodernismo en busca de mantener lo necesario de aquel para dejar pasar lo que precisamente le había llevado a su fin; es decir, salvar la ilustración de sí misma.

Tras cinco años de convocatoria toca reflexión por una efeméride a la cual podríamos aplicar el supuesto anterior, con el fin de aclarar el camino emprendido a través de las cinco obras ganadoras hasta la fecha, junto a las tantas menciones, exposiciones y fotografías recogidas en sendos catálogos.

Desde sus orígenes las intenciones de este premio han sido siempre claras, manteniendo intactos sus objetivos descritos en las bases, a la vez que invita a la comunidad artística dedicada a la fotografía a participar de este proyecto de exhibición y colección pública glocal², desde la libre concurrencia.

Así, la doble vertiente de fomentar la toma de imágenes en un entorno que difumine las fronteras hispano-lusas por un lado, junto al afán de generar una colección coherente de fotografía contemporánea, comienza tras el recorrido de estas cinco ediciones a generar resultados, sin duda alguna, gracias a todos y cada uno de sus premiados y seleccionados.

A través de sus catálogos es fácil observar cómo estos autores transfronterizos entienden a la perfección aquello que nos une allende las fronteras administrativas. Paisajes, patrimonio, cielos, colores, tierras, profesiones, tradiciones, fauna o flora que, compartidos a uno y otro lado de la raya, aparecen en aquellas primeras exposiciones para fijar el origen de este premio, que no es otro que la puesta en valor de lo que nos une en el oeste peninsular. Fotografías como las de Lorenzo López Lumeras, Pedro Natalio Rodríguez o Sebastián Martín Ruano, dan buena cuenta de ello.

La promoción de este territorio natural en lo más amplio del término, opuesto a lo que podríamos denominar territorio político/administrativo, como campo de experimentación para la fotografía creativa se convertía en un foco ya existente entre estos círculos artísticos, y que se manifiesta con la llegada de la serie ‘Aurum’, de la madrileña Paula Anta, ganadora de la cuarta edición del premio. Incorporar esta pieza a la colección supuso abrir una puerta, ya entornada, hacia la nueva fotografía contemporánea sin pasaporte Euroace pero con interés en la eurorregión como espacio de acogida. Un camino que nos dirige a superar la identificación del territorio como finalidad, para convertirlo en medio para el arte.

Y es en esta senda donde nos encontramos este año con la serie ‘Where the Firefly Unfold’, de Oskar Alvarado, una particular narración intimista y subjetiva de la vida de pueblo, sugerente y abierta no solo a la contemplación sino también a la especulación sobre lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá alrededor de esa instantánea. Una extensa colección de fotografías realizadas en Deleitosa, cuya muestra presentada a concurso se hace con la mención de honor.

En ese sentido, debemos permitirnos un inciso para reseñar la necesaria evolución de los certámenes como parte del entramado sectorial de las artes visuales y, como tal, también suscritos al cumplimiento de las denominadas buenas prácticas artísticas.

Sobre ello, el premio da un primer paso en la dirección correcta, al dotar económicamente la mención de honor, lógicamente abstenida de ceder la obra. Una promesa de futuro hacia una nueva profesionalización de este tipo de convocatorias, las cuales deben avanzar en sus procesos para que tengan cabida en un sector del arte contemporáneo digno y respetuoso con sus profesionales.

Continuando con el palmarés, ‘La belleza de lo imperceptible en su versión número 7’, de Javier Martínez Bueno, ha sido reconocida con el primer premio de esta quinta edición, al unir impacto y teoría visual sobre este territorio compartido. Una imagen que teoriza acerca de la fotografía como disciplina, conjugando a la vez la intervención específica sobre el paisaje natural mediante la luz artificial, con una llamativa y forzada composición nocturna a orillas del Taejo a su paso por la localidad portuguesa de Velha de Ródão.

En definitiva, una selección de 24 fotografías de entre más de un centenar, las cuales, lideradas por su palmarés, suman a su inherente calidad artística una declaración de intenciones desde la institución de acogida y su voluntad colectora. Una edición, por tanto, que se mueve hacia los nuevos territorios de la fotografía, cumpliendo con las esperanzas del pasado a la vez que desecha inmovilismos que puedan frenar esta colección local de vocación universal. O como aseguraría Walter Hopps, un proyecto que trabaja por cumplir con la ‘teoría de los dos pies’,³ asentando cada uno de ellos entre la crítica y el gran público.

Más información

1 Adorno, Theodor y Horkheimer, Max. ‘Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos’. Madrid. Trotta. 1998.

2 Fundéu RAE. Buscador urgente de dudas. www.fundeu.es/recomendacion/glocal-termino-valido/ [Consulta 12 de octubre de 2021].

3 Obrist, Hans-Ulrich. ‘Breve historia del comisariado’. Madrid. EXIT publicaciones. 2009.