A ti,
que prendiste’n tus adrentos
la llama de la querencia
d’un hombre güeno, mi padre,
y al caló d’esa juguera
brotó con genio y coraje
la rama de mi nacencia.
Pa mí, entre toas las madres,
la más grande’n esta tierra,
la que m’ha entregao su via
sin remilgos ni pereza.
A ti,
jorgorio de l’alegría
cuando me abres la puerta
y con un beso mu grande
me tisnas de primavera.
Lus de sol que se derrite
con la flama de mis venas
y se funde’n la saliva
que va templando mi lengua
pa lambiar tus cicatrices
y asín tenerte mu cerca,
antes qu’el tiempo arresople
en la llama de tu vela.
A ti,
¡MADRE!,
asina, con toa la juerza
de tu hijo chiquinino,
t’escribo yo este poema
p’agradecete’n el alma
la jonra de mi nacencia
y jacer un homenaje
a las madres extremeñas,
que amamantan a sus hijos
como lo jacen las jembras,
arrempujando p’alantre,
ajuyendo e la probeza,
ajorrando y trebajando
con coraje y con concencia.
Del libro ‘¡Asina! Sentimientos en castúo’.
Enlace al poema completo y al audio