Pablo Guerrero, la voz de la protesta y el alma de la canción de autor, ha fallecido dejando un legado imborrable en la música y la poesía española. Nacido en 1946 en Esparragosa de Lares, fue mucho más que un cantautor; fue un poeta comprometido con la denuncia social y la libertad que supo recoger el sentir de varias generaciones.
Desde su infancia en el campo extremeño, donde las historias, leyendas y la naturaleza moldearon su sensibilidad, hasta sus años en Madrid, donde se abrió camino en la música y la poesía, Pablo Guerrero fue un símbolo de la canción protesta durante la dictadura y la transición. Ganador del premio a la mejor letra en el Festival de Benidorm en 1969 con ‘Amapolas y espigas’ y autor del himno libertario ‘Cántaros’, su música habló siempre de las injusticias, la esperanza y la memoria colectiva.
Su disco en directo ‘Pablo Guerrero en el Olympia’ (1975) marcó un antes y un después en su carrera profesional. Su talento fue reconocido con numerosos galardones, entre ellos el premio ‘Toda una vida’ de la Academia de la Música y la Medalla de Extremadura. Quien le escuchaba en vivo quedaba atrapado por la sinceridad y la profundidad de sus canciones, muchas de las cuales reflejaban la dureza y belleza de su tierra natal.
Cuando tuvimos la ocasión de entrevistarle recordó con cariño su infancia en Extremadura, que moldeó profundamente su sensibilidad artística, destacando cómo el entorno rural y las leyendas transmitidas por sus abuelos influyeron en su obra. También nos habló de su transición a Madrid, su compromiso con la canción protesta en los años 60 y el tardío éxito profesional que alcanzó con el disco en directo grabado en el Olympia de París en 1975. Además, recalcó la importancia de la canción protesta como vehículo de transformación social y manifestó su esperanza en las nuevas generaciones para continuar esa labor de compromiso cívico a través de la música.
Pablo Guerrero no solo fue músico, sino también un poeta y escritor. Consideraba la poesía y la canción como dos caras de la misma moneda, ambas expresiones de un mismo prisma esencialmente humano. Jorge Luis Borges, Lorca, Antonio Machado, y los poetas de la Generación del 27 fueron algunas de sus fuentes de inspiración.
Comprometido con las causas sociales hasta sus últimos días, veía en la música un medio para alimentar el alma y la conciencia social. Su último disco, con temas llenos de humor y ternura, revela a un artista que imaginó un mundo mejor y animó a las nuevas generaciones a alzar la voz.
Extremadura y España pierden con su muerte a un referente cultural fundamental, a la voz que supo encarnar la protesta, la memoria y la poesía popular. Su canto, como él mismo dijo, ya no es solo suyo, es de todos los hombres.