Una copa de vino, el cielo estrellado y el regreso a los pueblos: así se construyen las historias de ‘Pueblinos’, un podcast que reivindica el valor de lo rural desde la cercanía, el humor y el compromiso con el territorio.
Una copa de vino puede ser el principio de muchas cosas. De una conversación, de un reencuentro, de una historia que merece ser contada. En el último episodio de ‘Pueblinos’, el podcast que da voz a quienes habitan o sueñan con habitar el medio rural, la excusa es el vino, pero el fondo es otro: la vida en los pueblos, sus desafíos y su potencial.
Grabado en la Huerta de los Curas (Villafranca de los Barros, Badajoz), entre copas, viñedos y estrellas, el capítulo transcurre entre risas, anécdotas y reflexiones de fondo. Lo conducen Juanpe Monzú e Isidro Núñez, los dos anfitriones de este formato fresco, sincero y con acento local, que forma parte del proyecto Red Enea, una red de emprendimiento y desarrollo impulsada por la Junta de Extremadura que recoge testimonios de quienes apuestan por habitar y transformar el medio rural.
Acompañados de la mano de Extremadura Wine and Birds Tours-Cata con Cati, más concretamente por Agustín Dávila, quien ha regresado a Extremadura y ganas de emprender, junto a Cati Bustillo, su compañera en la vida y en los sueños, el episodio se convierte en una tertulia improvisada sobre cómo reinventar el campo sin perder su esencia. “No nos hace falta copiar a nadie”, dice Agustín. “Tenemos lo que muchos buscan: espacio, autenticidad y ganas de hacer las cosas bien. Solo falta creérnoslo”.
La conversación arranca con algo tan universal como el brindis. Pero en este caso, cada sorbo va acompañado de una historia personal. Agustín recuerda cómo, tras años fuera, decidió regresar al pueblo, recuperar ideas donde la fauna, la flora, el enoturismo y el astroturismo se dan la mano.
Cati, mientras tanto, pone voz al día a día del proyecto: las visitas guiadas, los talleres con escolares, las catas bajo las estrellas, las conversaciones que surgen al calor de una chimenea o al fresco del patio. “La gente viene buscando algo que no siempre sabe nombrar. Pero cuando se va, se lleva algo más que una experiencia: se lleva un trocito de este lugar”, dice.
Las estrellas juegan su papel. En un lugar sin contaminación lumínica, el cielo es un espectáculo. Y bajo él, todo cobra otra dimensión. “El astroturismo nos conecta con algo ancestral”, explica Cati. “Es mirar arriba y entender lo pequeños que somos, pero también lo afortunados”.
Pero no todo es idílico. El episodio no esquiva los problemas: la falta de visibilidad del vino extremeño, las dificultades del pequeño productor, el desconocimiento exterior sobre lo que se hace aquí. “Tenemos un producto excelente, pero nos falta contarlo bien”, afirma Agustín. “Falta marketing, pero del bueno: el que nace de la autenticidad, no de la impostura”.
Las cooperativas, apuntan, podrían ser parte de la solución. Pero necesitan modernizar su relato, adaptarse a las nuevas formas de consumo y comunicación. “O nos unimos para contarlo juntos, o lo contarán otros por nosotros”, advierte Juanpe.
Y mientras, el pueblo sigue latiendo. Prueba de ello es la historia de su nuevo vecino, un ex policía de la ONU, de origen irlandés, que ha elegido Ribera del Fresno (Badajoz) como lugar para comenzar una nueva etapa. “No habla español, pero ya pasea cada mañana hasta el Pozo de San Juan Macías y saluda con un castizo ‘¡chacho, qué caló!’”, cuenta Agustín entre risas. “Eso resume muy bien lo que somos: acogida, sentido del humor y naturalidad”.
El episodio concluye con una idea compartida: el futuro está aquí, pero hay que saber mirarlo. Desde el regreso al campo como proyecto de vida, hasta el uso de herramientas digitales para difundir lo que se hace. “El año que viene quiero que estemos hablando en ChatGPT”, bromea Monzú, en un guiño a la inteligencia artificial. “Que nuestras historias estén también ahí, en las tecnologías que vienen”.
Núñez, por su parte, destaca el potencial del cerdo ibérico como otro gran eje de desarrollo rural. “En esta región será por cerdos, ¿No? Pues tenemos conocimiento, experiencia, tradición… Es un camino por recorrer”.
Y Cati remata con una reflexión que suena a manifiesto: “Nos encuentran porque somos de verdad. Porque nuestras opiniones no son compradas. Porque aquí lo que hay es lo que se ve”.
‘Pueblinos’ no es solo un podcast. Es una declaración de intenciones. Un lugar donde las historias se cuentan sin prisa, con honestidad, con ese punto de humor que da vivir con los pies en la tierra. Porque en los pueblos no se ha parado el tiempo. Solo se escucha mejor.