La localidad cacereña de Segura de Toro ha celebrado la vigésimo segunda edición de una tradición que consiste en exponer en los lomos del célebre Toro de Piedra los poemas y dibujos creados por los niños del pueblo.
De esta manera, la escultura de origen vetón y datada en torno al siglo VI a.C. ha vuelto a convertirse en punto de encuentro para la creatividad infantil y la memoria colectiva.
Como novedad, este año se incorporó una pequeña muestra fotográfica que ofreció un paseo por la historia reciente del monumento. Entre las imágenes destacaban una de 1975, en la que aparecía el entonces alcalde Matías Simón Simón junto a vecinos y albañiles durante la construcción de la base del toro; otra de 1968 con el propio verraco, el capitel corintio hallado en el lugar y la recordada acacia en torno a la cual bailaba con entusiasmo Enrique Villares; además de otras instantáneas en las que podían verse, por ejemplo, a Matías junto al cantautor José Antonio Labordeta.
Las jornadas previas estuvieron marcadas por la preocupación en la zona a causa del devastador incendio que afectó a Segura de Toro y a pueblos colindantes, con un balance de 14.000 hectáreas calcinadas. Pese a lo dramático del fuego, no hubo que lamentar víctimas humanas. La gestión del consistorio, encabezado por el alcalde, fue reconocida por la serenidad transmitida a la población en esos momentos tan difíciles.
También recibieron un agradecimiento especial los responsables y monitores del campamento de verano, impulsores de la participación de los niños en esta iniciativa cultural. Los pequeños compartieron versos y cantaron juntos en honor al Toro de Segura, reforzando la idea de que la memoria y la tradición se transmiten de generación en generación gracias a su entusiasmo y su voz.