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Tiempo libre, ocio y solidaridad. Grada 173. Pedro Monty

Tiempo libre, ocio y solidaridad. Grada 173. Pedro Monty
Foto: Eduardo Sierra
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Discurso sin cortes por tiempo de Pedro Monty, Premio Grada al Ocio 2022

Buenas noches

Felicidades a todos los premiados en esta gala solidaria. Es un honor para mí estar hoy aquí, y sí, igual que a vosotros os extraña verme en una gala en este lugar, que no sea junto al piano, yo también me siento raro. No estoy acostumbrado a dar discursos, me cuesta hablar en público sin un piano entre mis manos, o como mucho me atrevo a realizar algún artículo escrito. Desde que me llamaron José Antonio Lagar y Enrique Trabadela para anunciarme que este año yo era uno de los premiados, he pasado tiempo preguntándome qué podría decir esta noche.

Gracias por este premio. Lo primero que quiero es agradecer a todos los que forman parte de la Fundación Primera Fila por este reconocimiento. Han sido 10 años colaborando con ellos, especialmente en la preparación de las cenas empresariales y las galas, en el que he tenido la ocasión de conocer grandes personas relacionadas con la Fundación Primera Fila. Felicidades por vuestro trabajo.

Todo lo que diga esta noche quiero que sea un agradecimiento. En un mundo con tanta queja, tantos reproches, tanta crisis, tantas guerras… creo que es importante sentir gratitud ante todo lo bueno que nos pasa o nos ha pasado, y estar aquí es todo un regalo.

Todo comenzó hace 30 años justos; en aquel 1992 yo realicé el curso de Monitores de ocio y tiempo libre con la escuela Jálama, de Cáritas. En apenas tres años creamos Cáritas Juvenil en mi pueblo, Montijo, y tres años después ya estábamos organizando campamentos con niños en riesgo de exclusión social. Justo hace 25 años recibimos la llamada de Manolo Malagón, sacerdote que acababa de llegar a Cerro de Reyes desde Montijo, y que llevaba unos meses cuando ocurrió la tragedia de la riada. Nos llamó y nos dijo: “os necesito aquí y ahora, este año vuestro campamento más importante será ayudando en Cerro de Reyes”. Y justo hace 25 años se fundó la oenegé ‘Músicos solidarios sin fronteras’, siendo su primera acción solidaria ayudar económicamente y enviando instrumentos musicales a la escuela Jesús Obrero de Cerro de Reyes. Fue justo en esta acción de la riada, y con estas circunstancias, cuando me di cuenta de que mi ocio iba a estar vinculado a la solidaridad.

Cáritas, Músicos sin fronteras, Cerro de Reyes: 25 años; actualmente soy presidente de Músicos sin fronteras en Extremadura, y mis dos últimos conciertos solidarios han sido precisamente para Cáritas en Mérida, en la campaña de las personas sin hogar; y hace unos días, en el acto de inauguración de la escultura ‘Nuestros corazones’, que rinde homenaje a los fallecidos y a los voluntarios; la generosidad de tanta gente hizo que la solidaridad se convirtiera en un ‘arma de construcción masiva’, que la solidaridad sea el auténtico gol de la Humanidad.

Me gustaría pedir para ellos, las víctimas, los familiares, los voluntarios, el barrio de Cerro de Reyes y todo Badajoz, un fuerte aplauso.

La solidaridad. Todos sabemos y sentimos que en la base de todo esto se encuentra la felicidad, ya que en el fondo es lo que mueve el planeta. Es la ira, la ambición, el egoísmo, la tristeza y la envidia las que hacen que el mundo se mueva en dirección contraria; y, en cambio, es la felicidad, la sabiduría, la actitud solícita, el amor, el cariño, la ternura… las que hacen que todo fluya en la dirección correcta. En el fondo todos deseamos con el corazón un mundo donde reine la paz, la igualdad y el bienestar social, y para ello se necesitan personas como vosotros, que quieran transformar el mundo, haciéndolo más humano, fraterno, solidario e inclusivo.

Practicar la empatía, ponerse en el lugar del otro, es imprescindible para lograr el humanismo necesario que requiere el ejercicio de la solidaridad, que no es otra cosa que una declaración de amor humano, sobre todo, cuando conoces de cerca al más necesitado, al protagonista, al destinatario de la acción.

Este premio está muy repartido, y qué alegría que así sea. Qué regalo es tener tanta buena gente a mi alrededor. Qué suerte he tenido con mis maestros en la escuela, en el instituto, en la universidad… que me han hecho ser maestro, y me han enseñado que en la Educación es donde comienza el verdadero cambio; gracias a mis maestros de música, escuelas artísticas, conservatorios… que me hicieron conocer las artes, en especial la música, como esos lenguajes que más allá de las palabras llegan directamente al corazón, y es ahí donde residen los sentimientos y emociones más auténticas; gracias a todas las instituciones, asociaciones y personas solidarias, que nos enseñan a mirar el mundo desde un punto de vista más humano.

Gracias a mi familia, mis padres, mis hermanas, quienes me enseñaron mediante su ejemplo unos valores que han sido fundamentales. Siempre me han apoyado y me siguen apoyando; sentir eso no tiene precio.

Todo lo que hago exige tiempo, esfuerzo y dedicación, y esto solo es posible si tienes a una mujer como la que yo tengo, María, o Reyes, siempre a mi lado; quienes la conocéis sabéis que es todo un ejemplo como compañera, amiga, mujer, esposa y madre.

Tenemos tres hijos que son tres tesoros: Myriam, que ha querido estar en su primera gala solidaria; Jesús, que vendrá cuando se premie a algún futbolista del Real Madrid; y, por último, Irene. Hace seis años la vida nos dio un regalazo: Irene es una niña con discapacidad, y ella vino a iluminarlo todo. Nos enseñó a valorar lo realmente importante de la vida, a descubrir el verdadero sentido de las cosas cuando se empieza a mirar con los ojos del corazón, a sentir la vida como algo positivo, o como diría nuestro querido Marco Sánchez, a honrar la vida. La felicidad, por tanto, más allá de las circunstancias, que pueden ayudar, está en cualquier lugar en el que la sepamos encontrar: la clave está en nuestro interior.

Ahora podéis entender mejor mi agradecimiento por este premio, en esta gala de la inclusión. Y llegar así a las tres claves que han marcado mi manera de ser como profesional y como persona: la educación, el arte y la solidaridad.

Lo maravilloso de la solidaridad es que puede cambiar un montón de cosas. Pequeños gestos que, cuando los hacen muchos, posibilitan construir una sociedad más fuerte. Sabemos que hay gente que lo necesita, y que hay gente que ante esto prefiere taparse los oídos. Pero también sabemos que hay miles de personas, asociaciones, empresas, fundaciones, instituciones… que iluminan la vida y hacen el camino más llevadero. En definitiva, la solidaridad significa muchas cosas, pero básicamente se trata de compartir, y hacer de este pequeño y frágil mundo un lugar más solidario, tolerante e inclusivo.

Gracias, feliz noche a todos.

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