Francisco Martínez Fuentes
Product Manager de Graphenstone
La calidad de la vivienda juega un papel fundamental en nuestra salud y bienestar. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en nuestros hogares, por lo que es crucial asegurarnos de que sean espacios seguros y saludables. Debemos mejorar nuestras viviendas desde el punto de vista de la salud, abordando diferentes aspectos que pueden tener un impacto significativo en nuestra calidad de vida.
Entre estos aspectos se encuentra la mejora de la calidad del agua que consumimos y utilizamos, así como el mantenimiento adecuado para prevenir riesgos y problemas de salud. También es importante promover un entorno saludable: fomentar la incorporación de elementos naturales en la decoración, como plantas, para mejorar la calidad del aire y crear un ambiente más agradable; promover la utilización de iluminación natural en la medida de lo posible; y evitar el uso de materiales de construcción o muebles que emitan compuestos químicos nocivos, optando por opciones más ecológicas y sostenibles.
La decisión adecuada de los materiales de construcción es crucial para garantizar un entorno de vida saludable en nuestras viviendas. Cada vez más personas están tomando conciencia de cómo ciertos materiales pueden afectar negativamente nuestra salud y bienestar. Debemos aprender a seleccionar las opciones más saludables al construir o renovar una vivienda.
La Organización Mundial de la Salud estima que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. La protección de la salud no puede basarse únicamente en el sistema sanitario, que incluye atención médica, medicamentos y prescripciones. La arquitectura desempeña un papel importante como medicina preventiva y como promotora de la salud. Es fundamental integrar el concepto de bienestar y salud humana en el diseño, la construcción y la gestión de los edificios.
Existen ejemplos destacados de arquitectura curativa, como el caso del Sanatorio antituberculoso en Paimio de Alvar Aalto, desarrollado entre 1929 y 1933. En este caso, la arquitectura se convierte en un instrumento médico más, con la convicción de que tanto la arquitectura como el mobiliario pueden contribuir a la curación. La arquitectura ha desempeñado siempre un papel fundamental en la salud, no solo en la construcción de centros sanitarios. Es importante que también nuestras viviendas sean determinantes en la protección de la salud.
La vivienda constituye la base de la estabilidad y la seguridad de los individuos y las familias. Es el centro de nuestra vida social, emocional y a veces económica, y debería ser un santuario donde vivir en paz, con seguridad y dignidad. Proponemos el concepto de vivienda activa, cuya función es crear espacios que fomenten la felicidad, el bienestar, la productividad y la calidad de vida de las personas que las habitan.
La elección de los materiales de construcción adecuados puede marcar una gran diferencia en la salud y el bienestar de quienes habitan una vivienda. Además, una elección consciente de materiales beneficia tanto a los ocupantes como al medio ambiente. La vivienda activa promueve el uso de materiales amables que garantizan un entorno de vida más saludable y sostenible.
Es fundamental comprender qué materiales se utilizan comúnmente en la construcción y cómo pueden afectar nuestra salud. Algunas consideraciones importantes incluyen investigar los materiales utilizados en estructuras, revestimientos o pinturas; familiarizarse con los compuestos químicos que pueden emitir gases o partículas dañinas en el aire interior; y consultar etiquetas, certificaciones y calificaciones ecológicas para identificar opciones más saludables.
Seleccionar materiales duraderos y de fácil mantenimiento también contribuye a la salud en la vivienda. Algunas acciones para tener en cuenta son: elegir materiales resistentes al desgaste, la corrosión y la humedad, para reducir la necesidad de reemplazos frecuentes y prevenir la proliferación de moho y hongos; priorizar superficies lisas y fáciles de limpiar, para evitar la acumulación de polvo y alérgenos; y considerar la vida útil y la degradación de los materiales a lo largo del tiempo, evitando aquellos que puedan liberar sustancias peligrosas con el envejecimiento.
Existen numerosas opciones de materiales de construcción saludables y sostenibles disponibles en el mercado. Algunas opciones por considerar son: materiales reciclados y productos fabricados con materiales reutilizados; materiales naturales, como madera sin tratar, arcilla, corcho y fibras naturales, que son biodegradables y tienen bajas emisiones químicas; y materiales de construcción ecológicos certificados. Las certificaciones son una fuente de confianza y aseguran que los materiales cumplen estándares específicos de salud y sostenibilidad.
Para promover una vivienda saludable, es importante evitar materiales que contengan sustancias tóxicas o contaminantes. Algunas recomendaciones son: evitar materiales que contengan formaldehído, compuestos orgánicos volátiles (COV) u otros químicos perjudiciales para la salud; y optar por pinturas libres de emisiones COV y que cumplan con estándares ecológicos reconocidos, como las pinturas Graphenstone.
Los productos Graphenstone cumplen con los más altos estándares de sostenibilidad, presentando excelentes beneficios para el medio ambiente y la salud de las personas. Se trata de revestimientos naturales basados en cal artesanal y tecnología Graphenstone. Estos materiales amables son una opción para considerar con el fin de fomentar la vivienda activa.
