El alcalde Miguel Ángel Araya y la concejala de Turismo y Patrimonio, Teresa Rodríguez, han mantenido una reunión con la directora general de Desarrollo Rural de la Junta de Extremadura, María de los Ángeles Muriel González, con el objetivo de asegurar inversiones para restaurar y dar nuevos usos al conocido Cristo Viejo, uno de los edificios más emblemáticos del patrimonio local.

Según anunció el alcalde, “este edificio pasará a propiedad del Ayuntamiento y de todos los vecinos y vecinas este mismo año 2025”, lo que supone un paso decisivo en la recuperación de un inmueble con un profundo valor histórico y sentimental para la localidad.

El Cristo Viejo, que en origen fue la ermita del Cristo de las Misericordias, hunde sus raíces en el siglo XVI. Las ocho desamortizaciones que duraron más de un siglo, entre ellas la de Mendizábal, Espartero y la última de Madoz, que finalizó en 1924, marcarían su destino: en 1894 fue adjudicada en pública subasta por 900 pesetas, según recogía el Boletín Oficial de la Diputación de Badajoz. Desde entonces, la antigua ermita pasó a manos particulares.

Su campanario y restos de retablo mayor son testigos de su pasado religioso. Con el tiempo, la propiedad fue adaptándose a distintos usos: nave agrícola para aperos, casa familiar (planta alta y baja), negocio de hostelería y hasta tienda. Desde 1973 la familia Pérez posee la escritura de la finca, que en 2019 incluso salió a la venta.

La previsión de que el Cristo Viejo pase a ser de titularidad municipal supone, en palabras del consistorio, la oportunidad de “devolver al pueblo un espacio cargado de historia y de identidad”.

El proyecto de recuperación, que contará con apoyo de la Junta de Extremadura, pretende no solo mantener el inmueble, sino también rehabilitarlo y trabajar en él, “pero el proyecto todavía es provisional”, finaliza el alcalde, de cara a reforzar el patrimonio cultural y turístico de Ribera del Fresno.

Con esta iniciativa, la localidad se prepara para cerrar un ciclo histórico: el regreso al pueblo de un edificio que, tras casi siglo y medio de propiedad privada, volverá a ser de todos.