En el ámbito educativo, la accesibilidad universal es un principio que apunta a eliminar las barreras físicas, cognitivas y sensoriales que dificultan el aprendizaje y la inclusión de todos los estudiantes, especialmente aquellos con necesidades específicas de apoyo educativo, pero se enfoca en crear una accesibilidad para todos, y no solo para unos pocos, esa es la meta y el fin, en el que todos tengamos cabida.
Desde la perspectiva de una maestra de pedagogía terapéutica, este enfoque es fundamental para asegurar que cada alumno, sin importar sus características individuales, tenga la oportunidad de desarrollarse plenamente y alcanzar su máximo potencial.
La accesibilidad universal en Educación se basa en la premisa de que todos los entornos y recursos educativos deben estar diseñados para ser accesibles y utilizables por cualquier persona. Esto implica desde una infraestructura física adecuada hasta la adaptación de los recursos educativos y tecnológicos, de modo que respondan a la diversidad de habilidades y necesidades presentes en el aula.
Para una maestra de pedagogía terapéutica, este concepto va más allá de simplemente ‘adaptar’ materiales para quienes lo necesiten. La accesibilidad universal se centra en prever esas necesidades en la fase de planificación, de modo que el entorno sea inclusivo desde su creación y facilite la autonomía y participación activa de todos los estudiantes.
En el contexto educativo, los estudiantes con discapacidades o dificultades de aprendizaje enfrentan varias barreras que limitan su participación y desarrollo. Estas barreras pueden ser de varios tipos:
- Físicas, como la falta de rampas, ascensores o mobiliario adecuado.
- Cognitivas y de aprendizaje, que incluyen métodos de enseñanza tradicionales no adaptados a la diversidad cognitiva, dificultades para entender instrucciones complejas, o falta de materiales específicos.
- Sensoriales, como la falta de recursos para estudiantes con discapacidades visuales o auditivas.
La pedagogía terapéutica se enfoca en comprender las necesidades individuales de cada estudiante, y una maestra en esta área actúa como un puente entre las necesidades específicas del alumno y los recursos o métodos educativos disponibles.
Trabajar desde la perspectiva de la accesibilidad universal le permite ir un paso más allá, diseñando estrategias y entornos de aprendizaje inclusivos desde el inicio y no solo en respuesta a necesidades particulares.
Para cualquier maestro, y desde mi perspectiva como maestra en pedagogía terapéutica y audición y lenguaje, apoyando desde dentro del aula, existen varias estrategias clave que facilitan la accesibilidad universal en el aula y permiten que todos los estudiantes participen activamente. Efectivamente estamos hablando del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), un enfoque que promueve la creación de entornos de aprendizaje que ofrecen múltiples formas de representación, acción y participación. Esto se traduce en materiales visuales, auditivos y prácticos que permiten a los estudiantes interactuar con los contenidos de diversas maneras. Por ejemplo, un alumno con dificultades auditivas podría beneficiarse de presentaciones visuales y lengua de signos, mientras que un estudiante con discapacidad motriz podría utilizar dispositivos tecnológicos adaptados.
Debemos promover los aprendizajes hacia espacios inclusivos donde todos tengamos cabida, convirtiendo las dificultades en posibilidades, como expresaba Paulo Freire, contribuyendo a la transformación educativa y social.