Después de proclamarse bicampeón del mundo en Budapest el pasado verano, el llerenense Álvaro Martín Uriol ha vuelto a tocar el cielo en los recientes Juegos Olímpicos de París, y de nuevo subiendo al podio en dos ocasiones.
La primera medalla, de bronce, llegó en la prueba individual de los 20 kilómetros marcha. Después de un primer kilómetro con los principales favoritos agrupados y con un ritmo conservador comenzaron los ataques, primero del sueco Perseus Karlström y del italiano Massimo Stano. Pero fue el empuje del brasileño Caio Bonfim y del ecuatoriano Daniel Pintado el que logró ir descolgando a la mayoría de los corredores. Finalmente, el más fuerte fue el ecuatoriano, que se colgó el oro, por delante de Caio Bonfim, mientras que el extremeño pudo hacerse con la medalla de bronce defendiéndose de los últimos ataques de Massimo Stano, pasando a engrosar la exclusiva lista de siete atletas españoles que han logrado medalla en Juegos Olímpicos, Europeos y Mundiales.
La segunda medalla, esta vez de oro, fue compartida con su compañera de selección María Pérez en la prueba de relevo mixto de marcha, también sobre 20 kilómetros, que se estrenaba en esta cita olímpica. Con esta victoria ambos atletas consiguen la Triple Corona, siendo los únicos españoles que han logrado el oro olímpico, mundial y europeo. El ecuatoriano Daniel Pintado volvió a cruzarse en el camino al oro, en esta ocasión formando pareja con Glenda Mocejón. Tras la primera mitad de la prueba, ya sobrepasado el ecuatoriano, Álvaro Martín Uriol dio el relevó a María Pérez, que pudo conservar e incluso ampliar la ventaja sobre la ecuatoriana para conseguir la medalla de oro.
A la vuelta de la cita olímpica el atleta fue recibido en su localidad por el alcalde de Llerena, Daniel Lara, a quien acompañaban el consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social y el director general de Jóvenes y Deportes de la Junta de Extremadura, Abel Bautista y Santiago Amaro respectivamente. “Aún me queda mucho recorrido y hay que seguir dando ejemplo”, reflexionaba Álvaro. “Desde los pueblos podemos hacer grandes cosas y esto debe ser esperanzador para muchos otros”, añadía con orgullo.