Entre susurros, por las calles de nuestra ciudad, y con la complicidad de los besos… llama la vida. Sílbame los colores amada mía, que me visto de algarabía. Suelen decir algunos autores cuyos poéticos repumpulidos fueron acreditados de excepcionales por algunos críticos de proyectada reputación.

Se nos despide la primavera con su dispilfarro de altas temperaturas y su altivez relamida. Entró en escena la estación más larga del año, con el chifleo de los cohetes de la noche de San Juan, con los compases de un pasodoble torero, aunque en el coso de Pardaleras se anunciaron dos corridas. Qué diferencia de aquellos carteles que pregonaban hasta siete corridas de los mejores espadas. Pregunten a don Fernando, Valbuena claro, por la ‘zalduendada’. Con Juanito Barrerro y Luis Fermoselle vimos la segunda, donde Talavante se fue de vacío y Ferrrera le cortó dos orejas a uno de su lote y salió a hombros La orfandad de las emociones.

En esta ciudad que abraza fronteras y despabila ilusiones se zurcen los sentimientos más puros con el hilo de la melancolía. Lástima que siga con su cableado en las fachadas más distinguidas, aunque parece que sigue oliendo, como antiguamente, a café de puchero y a contrabando, y que al atardecer se siga soñando con el sol en las azoteas de la plaza alta.

Una ciudad que en la feria de San Juan dibuja besos y miradas limpias en los pliegues de una falda de lunares. Es como una esperanza en blanco.

En este laberinto de colores nuevos, en este trasiego de vecindad y camaradería, da gusto reencontrarse con amigos, de los que no se abrazaban desde antes del aplauso en los balcones. Con Tomás Martín Tamayo, por ejemplo, cafetear y echar unas risas, prestarse una idea o algún verso. Llegar tarde por no tener un amigo en Balay.

Entre el ayer y el olvido no hacen falta paréntesis

Dicen que es muy romántico perderse por carreteras secundarias; en Extremadura te pierdes siempre. Decía un amigo que cuando él viajaba, hace 40 años, había camino de cabras; hombre, estaría bueno que no se hubiera cambiado nada, pero habría que parchear el firme de muchas de ellas, no sería malo.

Cuando el mediodía nos lastima la mirada nuestras señorías continúan sorprendiendonos, una detrás de otra. Mónica Oltra no quería dimitir, ¡qué gusto se le cogen a los sillones! Lo de los menores es serio, pero según con el cristal con que se mire .Fue sustituida por ‘otra’.

Dicen que van a dar 500.000 euros para la memoria histórica, estudios, cambiar calles, que lo mismo está muy bien, pero con la que está cayendo, opinan algunos que si no lo podían dejar para otro momento, y emplear ese dinero en otros menesteres, en el camalote del Guadiana que está vergonzoso; en empleo juvenil, para que no se marchen al extranjero; en el tren digno, etc.

Me llama un amigo fotógrafo que va a radioterapia al Infanta; denuncia, se queja de que en estos días de altísimas temperaturas, a los que dieron positivo les obligan a esperar en la calle, no les facilitan una sala o algo parecido. Increíble.

Canal Extremadura, que acude poco a exposiciones y actos culturales, además de ‘Puerta con puerta’ podría tener otro programa, por ejemplo de persona a persona, y sacar ejemplos de deportistas como el cantautor Nando Juglar, que con 70 años es campeón de triatlón de Extremadura, de la categoría VM3. Tiene más trofeos deportivos ya que discos de oro. Muy merecido.

El otro día sí acudieron al festival poético musical solidario que organizaba Afaex en la residencia universitaria Hernán Cortés, donde se presentaba el libro ‘Luz para un paisaje’ de un servidor, editorial Stela literaria, y cuyos beneficios eran para la asociación. Intervinieron la presidenta, Mari Carmen Expósito Cejudo, y Lola Moruno por la editorial. Paco Collado presentó al autor e hizo un estudio pormenorizado del libro. Leyeron poemas la niña Lola Ramírez y el autor. Después se dio paso a un festival musical con Juan Salorino al cante, José Manuel Trejo a la guitarra, y también interpretó algunas canciones propias. No pudo asistir la cantaora Mari Carmen Torrado por enfermedad. Y como broche de oro los grupos infantil y juvenil de la escuela de baile de María Rosa Reguera. Al final hubo una feliz y agradable convivencia. Y, por cierto, aquí sí estuvo canal Extremadura. A cada uno lo suyo, cuando toca.

También se leyó un poema al principio, ‘Amapolas de risa’ (Alzheimer):

Cose amapolas de risa/ y un corazón en tu cuna/ que en tu mirada de niebla/ se quiere dormir la luna

Siguen llegando libros, además de los recibos de la comunidad, de los impuestos… ‘Fabulas y leyendas de Nogales’, de José del Castillo Domínguez; ‘Del diario de Iñaki’, primera novela del poeta Javier Feijóo; ‘Versos con C, poemas de amor y desamor’, de Cristina Martínez Prieto, con dibujos/ilustraciones de Ángeles Lucas Martin y de la propia Cristina. Entre otros muchos.

Ya hablamos otro día cuando la gasolina llegue a 3 euros, porque marcha a paso ligero, que el otro día le eché a mi coche y me dio un telele cuando vi que se fue el marcador a los ciento y pico de euros, y eso que me quedaban tres rayas. Luego salimos a los balcones a cantar “por el mar corren la liebres y por el monte las sardinas”, que la cantaba de chica mi amiga Raquel González Blanco.

A un tiro de balín de la feria de San Juan, como dice el segureño Fernando Garduño, se nos fue como vino, sin mucho ruido, con su reloj de la prisa quiere marcarnos las horas antiguas.

La orfandad de las emociones, niña. Por los caminos tristes vendrá la lluvia con el pulso airado. Aunque esto de la orfandad no le gusta a mi amigo José María Rodríguez Santa, coriano de pro. Quizás tenga su parte de razón.

Mientras esto se escribe se nos murió el cantautor Pepe Extremadura, medalla de Extremadura en 2017. Cuantas anécdotas y recuerdos de aquellos años 80 por las casas regionales de Madrid, Leganés, Alcorcón, Getafe… DEP. Otro día hablaremos de él.

Cose amapolas de risa, que se nos hace tarde para la alegría

– ¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!