En ocasiones la vida nos pone a prueba con sucesos negativos que ocurren. La vida viene cargada de muchos momentos unos agradables y otros, por desgracia, muy desagradables, y en esos momentos juega un papel muy importante tu capacidad de afrontamiento ante la adversidad.

Desde la infancia la sociedad nos ha planteado que la vida es pura felicidad y alegría, pero a medida que vamos creciendo nos damos cuenta de que la realidad es diferente, cambiando nuestra perspectiva del mundo que nos rodea.

Muchas personas que hayan adquirido habilidades a lo largo de los años verán cualquier problema u obstáculo como una prueba más para superarse, buscando alternativas óptimas ante cualquier circunstancia nefasta.

Otros, sin embargo, se deprimirán adquiriendo un sentimiento de inseguridad y miedo ante el futuro que les paralizará, afectando a todas las esferas de su vida diaria.

Es difícil predecir si se actuará de una manera u otra, debido a que en situaciones límites algunas personas que pensaban que no podrían superar ningún problema sacaron fuerzas y con coraje afrontaron satisfactoriamente el problema; sin embargo, a otras les ocurrió totalmente lo contrario.

Hay que tener claro que ante una circunstancia, suceso o momento negativo es esencial la capacidad de afrontar la situación; sabemos que el miedo paraliza, pero hay que actuar con coraje y con mucha positividad.

En ocasiones la adversidad genera que la capacidad creativa y el ingenio se agudicen, encontrando diferentes alternativas a los problemas. Pero influye mucho nuestro estado de ánimo.

En los momentos de estrés y ante circunstancias en las que hay que tomar decisiones importantes se debe intentar no tomar decisiones rápidas, demorar la respuesta y estar en calma para pensar con claridad, y en ese momento favorecer la lluvia de ideas hasta dar con diferentes soluciones. Hay que intentar afrontar cualquier revés con entereza.

La vida da muchas vueltas y probablemente en un futuro, gracias a esta capacidad resolutiva que se adquiera, los problemas se vean como alternativas nuevas, que no tienen por qué traer negatividad a nuestra vida.

Hay que intentar tomárselo como un reto y trabajar ciertas facetas, como la perseverancia, la constancia y la paciencia. A veces de nada sirve sulfurarse cuando no se puede cambiar nada, pero sí la forma de tomarse las cosas, desarrollando un proceso de cambio para evolucionar hacia un espíritu de lucha que haga ir a por lo que se desea con fuerza y sin importar los obstáculos.

Lucha por lo que quieres y, aunque la vida te trate a veces mal, intenta mirar al mal tiempo con buena cara. Suerte y a por todas.