Logo revista Grada

Badajoz brilla con luz propia. Grada 168. Susana Mangut

Badajoz brilla con luz propia. Grada 168. Susana Mangut
Foto: Javier Meléndez
Léeme en 2 minutos

Una ciudad que ofrece las mismas posibilidades y que abraza y acoge a sus habitantes por igual resulta, sin duda, un pequeño paraíso, sobre todo para aquellas personas con unas condiciones de vida un tanto diferentes y más difíciles que las del resto.

Desde hace semanas Badajoz brilla con luz propia. En su corazón, la Plaza Alta, surgen destellos capaces de dibujar en el cielo de sus noches formas y colores que tiñen los arcos que la rodean y la inexpugnable Torre de Espantaperros, de una magia envolvente y maravillosa, que se hace realidad cada fin de semana.

Este enclave se transforma en un auténtico cuento de hadas al alcance de todo aquel que crea en ellas; se puede escuchar a la mismísima Torre de la Atalaya relatar su historia, dirigirse a los allí presentes para confesar sus alegrías, penas y vicisitudes y, además, también mediante la voz, se ofrece una completa descripción del monumento. Todo ello aderezado con una música inspirada en lo arábigo, compuesta por el profesor y músico Daniel López Luna.

Se trata de un completo show enmarcado dentro de las actividades de la denominada ‘Ciudad Encendida’, que pretende ir mucho más allá y que he tenido el privilegio de escribir, primero, y locutar después. Ha sido un maravilloso honor ponerle voz al emblema de la ciudad en la que vivo, nada más y nada menos que a la ‘Señora Torre de Espantaperros’.

Cartel de 'La ciudad encendida'Así, ‘Testigo de lo nuestro’ es un espectáculo que, sin duda, otorga luz propia a la ciudad de Badajoz por tratarse de una actividad inclusiva. Las personas con baja visión pueden percibir, en lo que se llama ‘alto contraste’, las siluetas y los colores sobre la oscuridad del cielo nocturno. Además, ofrece una exhaustiva imagen sonora del monumento para que los ciudadanos ciegos puedan hacerse idea de cómo es físicamente la Torre.

El verano llama a estas noches mágicas, en las que Badajoz se convierte en una ciudad más inclusiva y solidaria, y su Plaza Alta nos abraza y nos invita a teletransportarnos a un pedacito de historia que, a buen seguro, a nadie dejará indiferente, porque lo bueno del turismo de emociones reside en que tiende la mano a todos, sin excepción, llegando mucho más lejos, apelando a nuestros cinco sentidos y, por tanto, su disfrute es enorme, no solo para los ciudadanos con discapacidad, para quienes se intenta hacer accesible, sino para cualquier aventurero o curioso que decida vivir esta maravillosa experiencia pionera en España.

ENTRADAS RELACIONADAS

Anuncia Maján “¿Mi hijo no, pero tu perro sí?” No es muy normal empezar un artículo con una pregunta, pero...
Extremadura contará con un nuevo sistema de señalización accesible en las elecciones locales y autonómicas que se celebrarán el próximo...
Placeat Plena inclusión ha presentado una publicación que recoge el medio siglo de historia de esta asociación de Plasencia que...
El Senado ha aprobado la ley que transpone seis directivas de la Unión Europea y que incluye la nueva normativa...
La Comisión de Hacienda y Función Pública del Congreso de los Diputados ha aprobado la proposición de ley de modificación...
La Federación Española de Enfermedades Neuromusculares, Federación ASEM, cumple 20 años con la misión de reivindicar y defender los derechos...

LO MÁS LEÍDO