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Dicen, y es así, que las personas no somos datos. Pero a veces los datos definen mucho la realidad de las personas. Solo un 5% de las personas con síndrome de Down tienen un empleo normalizado. A pesar de ser personas correctamente formadas y dotadas de cualidades humanas que les diferencian de otras personas, el desempleo impide una vida plenamente normalizada. De la integración laboral se habló, como cada 21 de marzo, en la conmemoración del Día mundial del síndrome de Down. También Extremadura acogió actividades para dar a conocer la realidad de estas personas.

Israel Melado, presidente de Down Badajoz, atendió muy amablemente a Grada. Su relación con Down Badajoz empezó al nacer su hijo David con trisomía 21 (o síndrome de Down), quien recibe terapias por parte de Down Badajoz. Cursa 5º de Primaria en el colegio Santa Teresa de Badajoz. Recibe zooterapia y logopedia por la Ley de Dependencia y participa en muchas actividades.

El nacimiento de un hijo con síndrome de Down supone una incertidumbre: “no sabes lo que puede pasar con él, si alcanzará sus metas”, nos cuenta. “Pero gracias a las asociaciones puedes conocer a otros chicos y lo que han logrado, como formalizar empleo o la integración en los colegios, y una normalidad, que es lo que buscamos”, añade.

Israel Melado pasó de ser un simple socio a presidir la asociación hace unos años, al tiempo que es vicepresidente de Down España. Su línea de actuación es “defender los derechos de las personas con síndrome de Down y el bienestar de las familias, su empleabilidad en trabajos ordinarios y la educación inclusiva”. También “abordar su envejecimiento prematuro y crear una residencia para la unidad familiar de las personas con este síndrome”, algo que será pronto posible: “el Ayuntamiento nos ha cedido un edificio en la calle Arco Agüero, que no solo servirá de residencia, sino en el que también se impartirá formación para toda la población para la atención a las personas con discapacidad”.

También nos habla del estigma social que durante mucho tiempo pesó sobre las personas con síndrome de Down por sus rasgos físicos muy característicos: “afortunadamente estamos en el siglo XXI; si bien es cierto que cuando nació mi hijo había personas que me daban el pésame, lo hacían con buena voluntad, pero los cambios se consiguen luchando. Igual que se ha cambiado el artículo 49 de la Constitución se pueden conseguir otros logros, porque otras discapacidades también tienen apelativos muy ofensivos y, afortunadamente, la población está cambiando y cada vez se muestra más incluyente”.

“Desde Down Badajoz, como una de las 97 entidades federadas a Down España, seguimos una misma línea de trabajo”, nos comenta sobre el Día mundial del síndrome de Down. “Este año el lema es ‘Extracapacitados’, que habla de la capacidad y formación para la integración en cualquier aspecto de la vida, especialmente en el laboral. Son chicos que tienen una formación muy superior a gran parte del resto de la población, e intentamos que se vea esa formación laboral y se haga una integración adecuada, y también en las aulas y colegios, donde empieza la formación, para que se haga una inclusión temprana que sea integral al llegar a la edad adulta”.

Una de sus actividades destacadas fue el festival murguero, que llegó a su décima edición: “Somos ya parte del carnaval de Badajoz. Cerramos el desfile del carnaval, tenemos una gran afluencia de público y la magnífica colaboración de las murgas, a las que agradecemos cómo se vuelcan con nosotros”.

Considera que la relación con las instituciones es muy buena y cordial: “Aunque nos suelen escuchar y dar todo lo que solicitamos, siempre se puede pedir algo más de educación inclusiva, de formación del profesorado en aspectos relacionados con la discapacidad, y que esta formación les valga para su currículo”.

A la sociedad le pediría “que se le quiten los miedos, que les den una oportunidad, demostrarán su valía”. “En nuestra asociación tenemos el servicio de preparación laboral, y todos nuestros chicos demuestran cuánto valen. Al resto de la población le pedimos que rompan las barreras, sin miedo, que los vean incluidos en ella y verán lo ‘extracapacitados’ que están”, concluye.