La temporada de cierre fiscal de 2024 trae consigo varias novedades que afectarán a la forma en que las empresas y autónomas deben gestionar sus impuestos y presentar sus cuentas. Entre las principales medidas se incluyen nuevas deducciones, la obligación de adaptarse a la facturación electrónica, así como el tan esperado sistema de IVA franquiciado.
Las empresas españolas deben prepararse para cambios significativos en 2025, como el hecho de que la facturación electrónica será obligatoria para todas las transacciones entre autónomos y pymes, lo que implica la actualización de sistemas y procesos contables, ya que además deberá realizarse a partir de un programa homologado por la AEAT.
Por otro lado, de cara al Impuesto de Sociedades o al IRPF de 2024 hay que tener en cuenta los siguientes cambios, según corresponda:
- Prórroga de las deducciones por eficiencia energética
- Posibilidad de amortización libre en vehículos eléctricos
- Incremento de las reducciones para los rendimientos derivados de alquileres en zonas tensionadas
- Incremento de la deducción por donativos
- Incremento del porcentaje de reducción de la reserva de capitalización
Además, se establece una nueva edad de jubilación para las personas en régimen de autónomos que hayan cotizado menos de 38 años y tres meses y que quieran cobrar su pensión completa. A partir de 2025, la edad de jubilación para las personas en régimen de autónomos será de 66 años y nueve meses.
La obligatoriedad de la facturación electrónica y el sistema de IVA franquiciado están pendientes de desarrollo normativo. Pero se espera que sea una realidad para 2025.
Hay que tener presente que la digitalización de los procesos de facturación también afectará a la relación con proveedores y clientes, exigiendo una rápida adaptación. Las empresas que no implementen estos cambios podrían enfrentarse a sanciones.
A medida que se acerca la fecha límite para implementar la facturación electrónica se prevé un aumento en la demanda de servicios de consultoría contable y tecnológica. Las empresas deberán seguir actualizando sus sistemas para cumplir con las regulaciones y aprovechar las nuevas oportunidades fiscales.