Los trabajos con cerámica barcarroteña, como es sabido, son uno de los embajadores de esta localidad extremeña. La pericia con la que se elabora, el diseño, la calidad artística o la duración de estos trabajos son contrastadas características que la posicionan como una de las mejores y más afamadas de España.
Pues bien, hace pocos días, recorriendo la isla de Gran Canaria, en el coqueto pueblo de Firgas, descubro una calle empinada, aprovechando su pendiente natural, denominada Paseo de Canarias, donde están representadas en el suelo las siete islas del archipiélago. En aquel momento no era oficial considerar a La Graciosa como la número ocho.
En esta concurrida zona urbana, el viajero apreciará que cada isla cuenta con un espacio propio, dividido en tres partes: en el primero (el más pequeño) se encuentra un dibujo del escudo insular; en el segundo (algo mayor que el anterior) hay una representación en relieve de su orografía realizada con piedra volcánica tallada por una cantería de Arucas; y, en el tercero y mayor de todos, situado en la parte superior, está dibujado a color un paisaje propio y típico del lugar.
Como final del recorrido, en la parte más alta de esta vía peatonal, descubrimos un mapa del archipiélago con el escudo canario. La pendiente de la calle no es exagerada, por lo que se asciende y desciende por ella con cierta comodidad.
Mi curiosidad, como extremeño, fue advertir que, en un lugar tan distante de Barcarrota, se acordaron de esta cerámica pacense para adorno y realce de esta preciosa calle peatonal, convirtiéndola, desde entonces, en un verdadero reclamo turístico. Sin duda, una de las calles más fotografiadas e ‘instagramer’ de Gran Canaria. Obviamente, resultó una bonita novedad viajera de la que no tenía ni idea.
Que una prestigiosa cerámica, procedente de este municipio extremeño, decorara uno de los espacios más relevantes de la localidad de Firgas hizo que pusiera más interés en este recorrido urbano.
Ni qué decir tiene que este concurrido trayecto turístico atrae a multitud de turistas todo el año que, deseosos de inmortalizar cámara en mano su paso por este célebre Paseo de Canarias, posan unos minutos entre estos coloridos azulejos.
La isla de Gran Canaria tiene variados y sobrados argumentos para ser visitada. Las impresionantes dunas de Maspalomas, su capital (Las Palmas de Gran Canaria), el puerto de Moger, el roque Nublo, el parque natural de Tamadaba, el cenobio de Valerón, el pueblo de Argineguín, las cuevas de Guayadeque, el pueblecito de Tejeda o la localidad de Arucas son solo un parte de la riqueza turística (natural, gastronómica, cultural y urbana) de esta isla. Hoy les escribo de otro aliciente más: Firgas. Si tienen tiempo, cuando recorran el norte de la isla, recuerden su nombre y acérquense. Les gustará.