En primer lugar hay que diferenciar si la compra es a una empresa que se dedica a la venta de bienes de segunda mano, sea presencial o bien online, o si se realiza a un particular que decide vender un producto suyo que ya no necesita.
Si adquirimos el producto a una empresa, tal y como establece la normativa de defensa de los consumidores y usuarios, el vendedor deberá responder de las faltas de conformidad que se manifiesten en el plazo de un año. Durante los primeros seis meses se presume que la falta de conformidad ya existía cuando el artículo se entregó.
Si el producto es defectuoso el comprador podrá solicitar la reparación gratuita del producto, incluyendo especialmente los gastos de envío, mano de obra y materiales. En caso de no ser posible la reparación, o de no llevarse a cabo en un plazo razonable, el consumidor podrá exigir la rebaja del precio o la resolución del contrato.
Si se adquiere el producto por compra online, telefónica o fuera del establecimiento habitual del comercio, el consumidor dispone de un plazo de 14 días naturales para desistir de la compra del producto.
En otro caso, si se adquiere el producto a un particular no sería de aplicación la normativa de defensa de los consumidores y usuarios. Se trataría de un contrato civil entre dos particulares, y sería de aplicación el Código Civil, que contempla el derecho a reclamar el saneamiento por los vicios ocultos que pueda tener el producto. El plazo legal para reclamar es de seis meses.
Si se ha contactado con el particular a través de alguna plataforma de internet es aconsejable utilizar los sistemas de pago que pone a disposición la propia plataforma, para evitar ser víctimas de engaños.