Victoria Selbach es una artista conocida por sus convincentes representaciones de mujeres desnudas a tamaño real. Explora la complejidad de sus contemporáneas en relación con nuestro legado generacional femenino, y su trabajo le permite comprender mejor y defender la diversidad y la trayectoria de las mujeres.
Victoria Selbach posee obras que son conocidas por su estética audaz y llamativa. Ha sido elogiada por su capacidad para crear obras de arte que se dirigen a una amplia gama de audiencias y temas. Su cuidadoso uso del color y la textura ha sido descrito como cautivador e inspirador.
Ha exhibido su trabajo en galerías y museos de todo el mundo, y ha colaborado con algunas de las casas de diseño y moda más importantes del mundo. Su arte ha aparecido en una variedad de revistas y publicaciones, y sus piezas se han vuelto buscadas por coleccionistas y entusiastas del arte por igual. Victoria Selbach es una maestra en su oficio, creando obras que son tanto visualmente impresionantes como conceptualmente atractivas.
Nacida en Pittsburgh y residente desde hace mucho tiempo en Nueva York, decidió romper, hace décadas, con el molde de la famosa pintura ‘El nacimiento de Venus’ de Sandro Botticelli, es decir, cuerpos esculpidos, delgados y con proporciones perfectas, y pintar la belleza de la mujer en una forma muy realista, mostrando sus cuerpos tal y como son.
Según expresaba la artista, sentía una fuerte conexión con las mujeres, una lealtad, una hermandad, una empatía. Se sentía atraída por su resplandor. Cada musa le traía su compleja identidad y belleza en el momento. Su pretensión nunca fue dar a entender o añadir cualidades a las mujeres que ha pintado. Su trabajo siempre consistió en estudiar la interacción entre la luz y la musa.
La mayor fortaleza de su trabajo es poder mostrar a las mujeres reales, honestas, presentes, complejas y como completos individuos, radiantes por derecho propio; no despojadas de su condición de persona, o manipuladas por una fantasía o una metáfora, y tal vez romper las nociones de la intolerancia y los estereotipos. Victoria Selbach afirma que una de sus mayores alegrías es trabajar con mujeres que no reconocen su belleza y después, al ver las obras, logran sorprenderse y encontrarla.
La mayoría de sus modelos aparecen en entornos domésticos cotidianos, sentados junto a la ventana o mirándose en el espejo. En su mayor parte se sientan sin posar, arreglándose el pelo o rascándose el cuello. Las escenas, a pesar de sus explicaciones banales, adquieren una potencia visual simplemente impresionante gracias a la luz que entra y sale de una forma increíble.
Aunque suene simple, capturar a las mujeres tal como aparecen realmente en el mundo, alejadas de las proyecciones que tan a menudo se hacen de ellas, rara vez se consigue, y muy rara vez se consigue bien.
