El Club Senior Extremadura, integrado por dos centenares de profesionales de distintas disciplinas vinculados a la región, ha celebrado la duodécima edición de su foro y asamblea anual en Don Benito y Villanueva de la Serena, cuya conclusión es su diagnóstico sobre la coyuntura socioeconómica de Extremadura en 2024.
La economía extremeña experimentó un crecimiento del 2,7%, cifra inferior a la media nacional, atribuida principalmente al menor peso del turismo extranjero y de la inmigración. En los ámbitos social, sanitario, cultural, energético e infraestructural, la región presenta tanto avances como desafíos.
En el plano macroeconómico, la trayectoria de crecimiento sigue siendo inferior a la media nacional. En industria y energía solo han concluido algunos proyectos, como el Matadero de Zafra y la fábrica de diamantes artificiales de Trujillo, mientras que otros permanecen en fase de estudio o se ven frenados por obstáculos ambientales y burocráticos. Extremadura es la segunda región que más energía eléctrica exporta, pero la insuficiencia de infraestructuras eléctricas limita la implantación de empresas electrointensivas.
El sector agrario muestra crecimiento y buenos rendimientos, aunque persisten problemas sanitarios como la tuberculosis bovina y brotes de lengua azul. Las exportaciones agrarias y agroalimentarias aumentaron un 102% en valor, pero se subraya la necesidad de favorecer el relevo generacional.
En cuanto a la demografía y el mercado laboral, la región perdió población en 2024, sumando unas 50.000 personas menos en la última década y un envejecimiento progresivo, especialmente en el sector agrario. La tasa de paro descendió al 15,5%, aunque sigue superando en cinco puntos la media nacional. El turismo nacional se comportó bien, pero se considera fundamental diversificar mercados para atraer a más visitantes extranjeros.
En materia de transición ecológica, la Junta de Extremadura revisó los límites de los espacios protegidos para dotarlos de mayor rigor. En el ámbito social, los indicadores de pobreza y exclusión mejoraron respecto al año anterior, aunque siguen por encima de la media nacional. Casi un 40% de los hogares tiene dificultades económicas para afrontar gastos imprevistos, persisten problemas de acceso a la vivienda y la dependencia de ayudas sociales es alta, especialmente entre mujeres mayores con pensiones bajas.
La población inmigrante representa solo el 4,2%, muy por debajo de la media nacional, y aunque en el pasado aumentaron los prejuicios, las encuestas recientes muestran una tendencia descendente. Extremadura mantiene una actitud acogedora y solidaria.
El envejecimiento y la soledad afectan a una parte considerable de la población: el 22% tiene 65 años o más y casi 66.000 personas viven solas, la mayoría mujeres. Los principales problemas de salud y sociales incluyen la soledad, la dependencia, la obesidad, el tabaquismo, el suicidio (principal causa de mortalidad juvenil y frecuente en mujeres mayores), la salud mental y las largas listas de espera, sobre todo en traumatología.
En educación, los cambios demográficos y el aumento de inmigrantes exigen adaptar currículos y metodologías. Existen diferencias de recursos entre zonas urbanas y rurales, lo que aconseja crear centros rurales agrupados. La formación profesional dual ha crecido, pero sigue siendo insuficiente.
En transportes y comunicaciones se subraya la urgencia de avanzar en proyectos ferroviarios, tanto en desarrollo como en fase de estudio, especialmente los que afectan a los ejes con Castilla-La Mancha y el norte-sur de Extremadura.
En cultura y patrimonio, pese a la celebración de numerosos eventos y reconocimientos, la región ha descendido en el ranking nacional. Se destacan avances en la protección y digitalización del patrimonio, pero también la inclusión de nuevos monumentos en la Lista Roja.

El Club Senior Extremadura concluye que es necesario reforzar la cohesión regional y el esfuerzo de la sociedad civil para afrontar los retos y problemas a los que se enfrenta la región.