La Fundación Cepaim desarrolla el proyecto ‘Fútbol y deporte’, con origen en Navalmoral de la Mata, que utiliza la práctica deportiva como herramienta de cohesión social y que ha sido premiado en la última edición de los Premios Fundación La Caixa a la Innovación Social.
Según explica el director autonómico de Cepaim en Extremadura y coordinador del centro de Navalmoral de la Mata, Mehrad Alizadeh, “el proyecto se materializó en 2019 gracias al apoyo de la Fundación La Caixa, y desde el principio ha tenido muy buena acogida tanto por los habitantes del municipio como por entidades y asociaciones de la zona”.
“Le quitamos el matiz competitivo al deporte y potenciamos esa convivencia que se genera entre las personas a través del ejercicio”, añade. Para lograrlo, se han desarrollado actividades que se adaptan a cada colectivo y a sus necesidades en las diferentes áreas de actuación.
Una de las propuestas más exitosas establece un espacio abierto, en el propio centro de Navalmoral de la Mata, para que las personas inmigrantes atendidas por la entidad y el resto de los vecinos practiquen, en grupo y de forma gratuita, deportes como el fútbol, el fútbol sala, la gimnasia o el baloncesto. Según explica el técnico de deporte de la Fundación Cepaim, Jaime Cortés, “se van creando vínculos a través del juego y la práctica deportiva, y se generan relaciones sociales que de otra manera no se darían”. “Estos encuentros semanales revitalizan el tejido social de la localidad y fomentan la convivencia intercultural”, remarca.
El trabajo en red con entidades de la zona es otro de los puntos clave del proyecto, dado que permite el acceso a la práctica deportiva adaptada a personas de colectivos vulnerables. “En lugar de asignar un deporte concreto a cada colectivo dejamos que sean sus componentes quienes elijan cómo los podemos ayudar o qué deportes quieren practicar, y nos adaptamos para atender mejor sus necesidades”, explica Jaime Cortés.
El proyecto también incluye ‘Hincha sénior’, propuesta diseñada para personas mayores que incluye actividades como rutas de senderismo o clases de gimnasia adaptada, cuyo objetivo principal es favorecer que las personas mayores que viven en residencias o en soledad aumenten sus interacciones sociales. El contacto con la naturaleza, la práctica de ejercicio y las conversaciones que se dan en estos encuentros dinamizan la vida social de las personas mayores y revierten su situación de aislamiento.
Juan Pablo Gounis González participó en el programa como beneficiario durante su etapa escolar, y actualmente es voluntario, por lo que su experiencia le da un punto de vista fundamental que luego traslada a su labor con los demás: “Participar en el proyecto me sirvió mucho para ampliar mi círculo de amistades y conocer a más gente”.
El testimonio de Juan Pablo es un gran ejemplo del vínculo que se genera con el programa. “La mejor evidencia de que el proyecto funciona es que la gente que lo ha vivido en primera persona quiere seguir involucrada y contribuir”, afirma Mehrad Alizadeh.
Finalmente, Jaime Cortés avanza que la próxima meta del programa es “llegar a otros municipios que no tienen tantos servicios para alcanzar a más personas”. La intención es colaborar con otros ayuntamientos de la zona y contribuir a evitar la despoblación de la región.