Mamá, quiero ser artista
A doña Concha Velasco
nacida en Valladolid
dama y señora del teatro
y del cine emperatriz
querida en toda España
te perdimos en Madrid.
Te formaste en danza clásica
y además baile español
brillabas en ese ‘rol’
ya empezaban tus andanzas
en esa historia con hache
de España, de su cultura
tus inicios en Larache
y continuaste en Madrid
¡ese qué nos madura!
y nos hace ‘meritorios’
empezó tu aprendizaje
con diez años deliciosos
y con veinte muy hermosos
acabaste ese bagaje
del ‘foro’, en conservatorio.
Desde que fuiste muy niña
de tu boca ya salía:
¡¡mamá quiero ser artista!!
y cuando el tiempo corría
con farándula y morriña
lo cantaste en la ‘revista’.
Comienzas de bailarina
en la Ópera Nacional
debutas en La Coruña
con destreza, y muy cabal,
después fuiste ‘bailaora’
tu padrino, ‘Caracol’
¡qué lejos aquel ‘otrora’!
ya lucías, como el sol.
También en aquellos días
¡¡parejos en el tiempo
a tu ‘baile’ de flamenco!!
llegó doña Celia Gámez
y se fijó en tu talento,
te lleva en su ‘compañía’
para que tu arte derrames
en ‘El águila de fuego’
con salero y mucho tiento,
tú lo estrenarás luego
para televisión
sin desbordarse tu ego
le echaste corazón,
corría el siglo veinte
en el año ochenta y cinco
y fuiste mujer valiente
tu versión de mucho ‘apego’
pues triunfaste con ahínco.
Son muchos los momentos
de la reina de ‘Pucela’
artista de gran talento
que en las artes hizo escuela
y en la vida, rosa al viento,
no caben en cofre alguno
tantos tesoros de escena
es por ello
¡qué me pide el pergamino!
elegir tan solo algunos
¡qué nos la recuerden plena!
corría el sesenta y cinco
del pasado siglo veinte
aún recuerdo aquel ayer
en que bailamos ‘su himno’
aquella ‘Chica yeyé’,
en el setenta y cuatro,
grande fue aquel momento
hizo suyo aquel ‘Tormento’
del señor Pérez Galdós
del cine gran documento
nos llenó de admiración,
fue carmelita descalza
y priora de convento,
de Santa Teresa
nos trajo su pensamiento
a imagen y semejanza
se dio en cine y televisión
era año ochenta y cuatro
compartimos con la santa su razón,
dos años más tarde
fue en teatro, su otra arista
donde le dijo al mundo entero
¡¡Mamá quiero ser artista!!
lo fue, y de las más grandes
como el mejor, de los toreros.
No acabaría nunca
pues ‘Más allá del jardín’
nos deleitó de postín
en ‘Las chicas de la Cruz Roja’,
rompió moldes con salero
y nos brindó ‘Hello Dolly!’
musical de los de Broadway
lo hizo grande, como ella
pero la dejó sin dinero.
Ya me quedo sin espacio
son tantas las obras
de doña Concha, en su armario
¡que con mil hojas, no sobran!
para apuntar su ‘inventario’.
Pero antes del final
es menester que relate
esos premios que la hacen
una grande, sin igual,
de honor, un Goya
por su honor, y de teatro
el Premio Nacional
aún grandes estas joyas
recibidos, muchos más.
Viste luz,
de noviembre un veintinueve
ochenta y cinco otoños
nos conmueven,
¡¡te nos vas
de diciembre un día dos!!
como estrella de relieve
¡¡quisiera que
al cumplir un año!!
de tu marcha allá con Dios
te llegue el homenaje
de este humilde servidor.