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Jesús Martín se une a los ‘Extremeños extraordinarios’ de Gentinosina Social

Jesús Martín se une a los 'Extremeños extraordinarios' de Gentinosina Social
Foto: Cedida
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‘Extremeños extraordinarios’ es un proyecto de Gentinosina Social que recopila historias de vida de personas con discapacidad de Extremadura que se han desligado del paternalismo y la condescendencia para tener una vida plena, con el objetivo de visibilizar ejemplos de vida normalizada.

El nuevo protagonista de esta serie es el actual director general de Discapacidad del Gobierno de España y director general del Real Patronato sobre Discapacidad, Jesús Martín Blanco, natural de la localidad cacereña de Eljas.

Se trata de una de las personas fundamentales para la evolución de las políticas y los derechos de las personas con discapacidad y otros colectivos en riesgo de exclusión.

Se define a sí mismo como un activista de los derechos humanos, feminista, ecologista, un lector empedernido y un viajero incansable, según cuenta en sus entrevistas.

Jesús Martín es una persona con displasia ósea, lo que comúnmente se conoce como con enanismo. Una discapacidad que no truncó una infancia feliz en un entorno rural dentro de la bella Sierra de Gata: “Recuerdo la infancia como un tiempo muy feliz, donde crecí dentro del afecto de mis vecinos y amigos, en un ambiente totalmente inclusivo”.

A los 14 años se trasladó a estudiar bachillerato a Huesca, fuera de su entorno familiar, y aprendió a autogestionarse a una edad muy temprana, haciendo un ejercicio de autonomía que no se correspondía con un niño de su edad. En Huesca construyó otra familia que le ayudó mucho en aquellos años: “En el internado tuve un buen grupo de amigos con los que conviví con normalidad dentro de mi diferencia corporal con otros cuerpos más estandarizados”.

“Salir de tu ambiente familiar siempre es difícil con una discapacidad tan visible, en mi pueblo no tenía que explicar nada a nadie. En Huesca fue diferente pero me dio una gran independencia en la calle, y a pesar de ser un tránsito muy abrupto aprendí a convivir los desvelos típicos de un adolescente perfectamente”, añade.

Tras la etapa en Huesca se trasladó a vivir a Salamanca, donde estudió Documentación en la Universidad y se abrió un periodo muy interesante en su vida: “En Salamanca estuve viviendo en un centro de acogida de personas con discapacidad, donde conviví con otras personas en circunstancias parecidas a las mías y eso hizo despertar en mí cierto activismo que ya tenía dentro”.

“Sentía que la justicia social me reclamaba y comencé mi carrera dentro de la sociedad civil”, apostilla. Comenzó trabajando de documentalista en la Confederación Estatal de Personas Sordas, donde estuvo 19 años y ostentó diferentes responsabilidades en materia de incidencia política, defensa de derechos, comunicación, relaciones institucionales, gestión de alianzas y dirección de proyectos. Allí fue consciente de “la necesidad de tener unos movimientos sociales proactivos y críticos para mejorar la vida del país”.

Posteriormente fue elegido delegado de Derechos Humanos y para la Convención de Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad en el Cermi. “Con mi evolución profesional he logrado poner mi activismo al servicio de la ciudadanía, pudiendo contribuir a la causa de mi vida”, explica. “Desde esta posición he podido contribuir a la defensa de lo público, que creo que es lo más justo. Para mí los derechos son una realidad común”, añade.

El día a día de una persona con un cargo de tanta responsabilidad es movido y cambiante. Comienza su tarea a las 7.00 horas con la revisión de correos y los ajustes de agenda marcan un ritmo frenético de reuniones que cambian con asiduidad, y que sigue marcada por las continuas revisiones de las normativas creadas por los diferentes ministerios: “Debemos revisar que todo sea accesible y en clave para las personas con discapacidad, es una tarea enorme e importante”.

“Que la legislación sea accesible para todos es muy importante, además debemos ejercer como nexo entre el poder y la sociedad civil para caminar en una misma dirección. También tenemos la enorme responsabilidad de gestionar los fondos de recuperación, trasformación y resiliencia, con el objetivo de hacer todo accesible para todos, sin dejar fuera a nadie. Es importante dar visibilidad y aceptar el reto de la accesibilidad cognitiva, una situación olvidada y que afecta a diferentes colectivos vulnerables”, explica.

El proyecto ‘Extremeños extraordinarios’ cuenta con la financiación del Servicio extremeño de promoción de la autonomía y atención a la dependencia (Sepad) de la Junta de Extremadura, a través del Programa de Normalización, por importe de 6.988,50 euros.

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