Cáritas y la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de la Sociología Aplicada) han presentado la primera radiografía social completa de la crisis provocada por la pandemia, bajo el título ‘Evolución de la cohesión social y consecuencias de la covid-19 en España’1.
La secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro, y el coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas y secretario técnico de la Fundación, Raúl Flores, han alertado de que la cohesión social en España ha sufrido un shock sin precedentes como consecuencia de la tensión originada en la actividad económica y el empleo a causa de la irrupción del SARS CoV-2.
En el capítulo del Informe referido a los jóvenes se destaca el hecho de que serlo es uno de los factores de exclusión que ha sacado a la luz la crisis sanitaria de la Covid-19. En España hay 2,7 millones de jóvenes entre 16 y 34 años afectados por procesos de exclusión social intensa y multidimensional que les impide realizar proyectos de vida para transitar hacia la vida adulta.
En 2021, añade el Informe, más de 650.000 nuevos jóvenes se sumaron a la situación de exclusión severa. Son 500.000 personas jóvenes más que en 2018 las que están afrontando situaciones de especial complejidad, lo que hace un total de 1,4 millones de jóvenes en situación de exclusión severa.
A nivel generacional la tasa de exclusión de la población menor de 30 años es algo más de tres veces superior a la de la población mayor de 65 años, y la tasa de exclusión severa se llega a multiplicar por cinco entre ambos grupos etarios.
“Hay un grupo de jóvenes que ha experimentado ya dos crisis muy importantes justo en una fase esencial de sus proyectos vitales en los que se plantea la transición al empleo, a la vida adulta, la emancipación o la construcción de nuevos hogares; a los que tenían 18 años en 2008 les ha alcanzado la crisis de 2020 con 30 años”, subraya Raúl Flores.
La investigación, llevada a cabo por un equipo de más de 30 expertos de más de diez universidades y entidades de investigación social, pone de relieve que la precariedad laboral durante la crisis sanitaria se ha duplicado y alcanza a casi dos millones de hogares que dependen económicamente de una persona sustentadora principal que sufre inestabilidad laboral grave, lo que significa que, en el último año, ha tenido tres o más meses de desempleo, o tres o más contratos diferentes en tres o más empresas distintas.
Otros datos significativos señalan que la brecha digital constituye un nuevo factor de exclusión, que califica como el nuevo analfabetismo del siglo XXI. La pandemia, asimismo, ha aumentado la brecha de género, puesto que ha tenido más impacto en sectores más feminizados, como el comercio o la hostelería, lo que ha implicado un retroceso mayor para muchas mujeres en términos de integración social.
La población inmigrante es la más perjudicada en varios frentes: el 50% de los hogares con extranjeros están en situación de exclusión social en 2021, casi tres veces más que los hogares españoles.
Foessa y Cáritas consideran necesario perfeccionar el sistema de protección social en el caso de la salud, la vivienda o la protección social; mejorar la cobertura del Ingreso Mínimo Vital; reimpulsar el modelo de estado de bienestar; garantizar un sistema de salud público de calidad; políticas frente a la exclusión social; superar la brecha educativa provocada por el apagón digital; y avanzar hacia servicios sociales adaptados a las realidades sociales del siglo XXI.