El Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, declarado Monumento Nacional en 1879 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993 ha mejorado su accesibilidad tras la ejecución del proyecto del arquitecto Manuel Viola y previo asesoramiento en accesibilidad de la Oficina Técnica de Accesibilidad de Extremadura (Otaex), con la implicación decisiva del prior de Guadalupe, fray Guillermo Cerrato, y la Provincia Franciscana de la Inmaculada Concepción, que ha gestionado y financiado íntegramente esta actuación.
Las obras, ejecutadas por la empresa extremeña Promociones y Servicios Injupe, con sede en Mérida, se enmarcan en la colaboración iniciada entre la Asociación para la Atención y la Integración Social de las Personas con Discapacidad Física de Extremadura (Apamex) y el Ayuntamiento de Guadalupe, que ha logrado actuaciones ya ejecutadas en el Parador de Turismo de la localidad y a las que seguirán edificios municipales, tras el decidido impulso en este sentido del alcalde de la localidad, Felipe Sánchez Barba.
Con las últimas actuaciones se ha incorporado un acceso accesible a la basílica, para facilitar la entrada a personas con problemas de movilidad. Se ha construido una rampa adosada a la fachada principal, formada por tres tramos con el 8% de pendiente, con sus correspondientes mesetas intermedias horizontales, así como las de inicio y fin. Dicho elemento se ha complementado con la incorporación de pasamanos continuos en la totalidad del recorrido, a doble altura y a ambos lados de los tramos de rampa. Por otra parte, en el interior del edificio se ha instalado una plataforma elevadora vertical como mecanismo de elevación, que complementa a los peldaños existentes.
Desde el lunes 13 de mayo se puede acceder a los lugares destinados al culto, con la limitación de aforo y otras medidas sanitarias y de higiene asociadas a la pandemia de la Covid-19.