Este año los Reyes Magos me han dejado un regalo que me ha impactado, ‘La Biblia del oso’, del extremeño Casiodoro de Reina, precisamente en el quinto centenario de su nacimiento (1521-2021).
Eruditos tiene la historia que nos han dado y continúan dando información sobre la vida, la obra y las tremendas vicisitudes de la existencia de Casiodoro de Reina. A ellos recurro para redactar este artículo, y lo que me incita a escribirlo es la procedencia extremeña de tan interesante personaje, para que todos los extremeños enriquezcamos nuestra autoestima por contar con paisanos tan ilustres.
Nació Casiodoro en Montemolín, en la provincia de Badajoz, según la Inquisición, y según otros, basándose en el nombre que tomó al entrar en religión, en Reina. Muy joven ingresa en el monasterio Jerónimo de San Isidoro del Campo de Santiponce, en Sevilla. Pronto se mostró partidario de la Reforma y se convirtió al protestantismo, cuando ya había comenzado la traducción al castellano de la Biblia desde los idiomas originales, hebreo y griego.
De Santiponce huyó a Ginebra en 1557, librándose de la Inquisición, junto con una docena de compañeros del monasterio. Perseguido allí por el propio Calvino, tiene que huir a Londres en 1558. Pero allí sus perseguidores y los espías de Felipe II le acusan de sodomía y de adulterio, provocando una nueva huida a Amberes. De Amberes, donde también casi le prenden los agentes españoles, huyó a Fráncfort, ciudad natal de su esposa. Luego fue a Paris, y después a Orleans. Un poco más tarde se reunió con su esposa en Fráncfort, donde tuvo que ganarse la vida dedicándose al comercio de seda y de libros. Pero tampoco estuvo quieto, se instaló en Basilea, y también en Estrasburgo.
A lo largo de estos azarosos años continúa con la traducción de la Biblia, siendo en su estancia en Estrasburgo cuando terminó su obra. Aún faltarían dos años para verla impresa en Basilea, entre 1567 y 1569, no sin antes haber pasado por un rocambolesco proceso de contratos fallidos y peripecias editoriales. Fue una tirada de 2.600 ejemplares que, a pesar de las trabas para su venta, en 1596 ya se había agotado. Esta vida tan agitada y aventurera, pero útil para legarnos esta traducción de la Biblia, terminó el 15 de marzo de 1594.
En la universidad de Basilea se conserva un ejemplar dedicado por el autor, de la conocida como ‘La Biblia del oso’, por aparecer en su portada el dibujo de un oso, emblema del impresor Matías Apiarius.
‘La Biblia del oso’ está considerada por Menéndez Pelayo una extraordinaria obra literaria del Siglo de Oro, y todo gracias a un extremeño del siglo XVI, Casiodoro de Reina.
La edición que ya tengo numerada con el 4.008 en mi Biblioteca de Temas y Autores Extremeños (Bitaex), se ha realizado con motivo de los 450 años de su publicación, 1569/2019, y es un facsímil con el número 2.684.
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