La Secretaría de Estado de Turismo ha concedido a la Semana Santa de Plasencia la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional, tras la solicitud presentada por el Ayuntamiento de la ciudad y el informe favorable de la Junta de Extremadura.
Con esta incorporación, ya son 164 las celebraciones populares en España que cuentan con esta distinción y, en el caso de Extremadura, se convierte en la novena fiesta en recibirla.
La Semana Santa placentina cuenta con más de ocho siglos de historia ininterrumpida, lo que la convierte en la celebración religiosa más antigua de la región. Su profundo arraigo y su evolución a lo largo de los años le han otorgado un valor no solo litúrgico, sino también cultural y social, consolidándose como un reflejo de la identidad de la ciudad.
La secretaria de Estado de Turismo del Gobierno de España, Rosario Sánchez, ha destacado que “se ha convertido en una celebración única en Extremadura y en toda España”, poniendo en relieve la implicación de la población en su organización y la capacidad de la festividad para atraer visitantes, lo que incrementa su atractivo turístico.
Actualmente son 12 las cofradías y hermandades penitenciales que mantienen viva la tradición, con una participación activa de los vecinos. Los cortejos procesionales se desarrollan en el casco histórico de Plasencia, declarado Bien de Interés Cultural, donde las tallas recorren calles y plazas enmarcadas por un patrimonio arquitectónico singular que otorga a la celebración un carácter aún más distintivo.
El reconocimiento obtenido refuerza a la Semana Santa de Plasencia como uno de los referentes culturales y turísticos de Extremadura, capaz de conjugar la tradición histórica con una proyección que trasciende el ámbito religioso y contribuye al atractivo destino de la ciudad en el panorama nacional.
Para que una fiesta sea declarada de Fiesta de Interés Turístico Nacional en España debe cumplir una serie de requisitos, como la antigüedad y continuidad de la celebración, ya que debe estar declarada previamente Fiesta de Interés Turístico por la comunidad autónoma correspondiente durante al menos cinco años antes de solicitar la declaración nacional. Además, la celebración debe mostrar arraigo en la localidad, con participación activa de la población y respaldo de asociaciones o peñas locales.
Se trata de un reconocimiento que certifica que la fiesta representa un significativo valor cultural y turístico, con una arraigada tradición y aceptación social en su lugar de celebración.