El rector de la Universidad de Extremadura, Pedro Fernández, y el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, han firmado un protocolo general de actuación entre ambas instituciones para el fomento y la promoción de la igualdad de género en la investigación universitaria en los ámbitos de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, conocidas como disciplinas STEM.
También han asistido a la firma de este protocolo la vicerrectora de Investigación y Transferencia, María de Guía Córdoba, y la diputada de Igualdad, Lourdes Linares.
Según los datos del curso 2021-2022 de la Unidad de Mujeres y Ciencia del Ministerio de Ciencia e Innovación, las mujeres están infrarrepresentadas entre los estudiantes matriculados en ingeniería y tecnología (el 31% del total), y no alcanzan la mitad de los estudiantes en ciencias (47%). Además, en el ámbito laboral, menos del 30% de los profesionales STEM son mujeres.
Pedro Fernández, ha señalado que el compromiso de la Universidad con el fomento de las disciplinas STEM entre el alumnado femenino es total, y por ello van a trabajar de forma decidida “para fomentar estas vocaciones”.
“Este protocolo es un compromiso con la igualdad, la innovación y el progreso”, ha señalado, por su parte, Miguel Ángel Gallardo. “Queremos derribar los estereotipos de género y demostrar que el talento y la capacidad no dependen del género, sino del esfuerzo, la dedicación y la pasión por el conocimiento”, ha remarcado.
Por un lado, ambas instituciones promoverán proyectos de investigación en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas realizados por mujeres en el ámbito de la Universidad de Extremadura. También se pretende fomentar la cooperación entre los distintos niveles del sistema educativo para la promoción del papel de la mujer en la ciencia.
Por otro lado, el protocolo incluye la realización de acciones para visibilizar el papel de la mujer en el ámbito científico ,haciendo especial incidencia en las científicas extremeñas. Además, se van a promover y facilitar acciones dirigidas a niñas y mujeres jóvenes que propicien su interés por las carreras científicas.
Uno de los primeros frutos de este protocolo será una beca predoctoral para una mujer en ingeniería industrial, con una dotación de 25.000 euros, que también incluye prácticas en empresas.