Debo haber realizado varias decenas de miles de fotografía a este auténtico “duende alado de los humedales”. Como una flecha de colores azulados se desplaza a una velocidad de vértigo apenas a unos centímetros sobre el agua de arroyos, ríos y lagunas, en cuyos taludes anidan, excavando unas largas galerías al final de las cuales se abre una cavidad circular donde tiene lugar la cría de los polluelos.
Posee un pequeño tamaño, de 10 a 15 centímetros de longitud y de 24 a 26 centímetros de envergadura, con un pico alargado, alas cortas y un vistoso plumaje de tonalidades azuladas, anaranjadas y blancas. Puede llegar a vivir hasta 15 años, según los estudiosos de esta especie, quienes aseguran que su presencia en los humedales es una garantía de la calidad de las aguas. Porque el Martín Pescador vive precisamente del agua, pues se alimenta de los pececillos, renacuajos, pequeños cangrejos, larvas e insectos que habitan en esos lugares.
Con la observación atenta y paciente, en las proximidades de las orillas no resulta difícil verle aparecer, con su característico canto, posándose en ramas próximas al agua o en cualquier roca, desde donde se zambulle para pescar. A veces recorre varios kilómetros para encontrar los lugares más aptos para alimentarse, surcando como una flecha los humedales. Tampoco es raro verle aleteando de manera ágil unos metros por encima del nivel del agua antes de lanzarse en picado, emergiendo, implacable con sus capturas en su alargado pico.
La degradación de sus ecosistemas naturales, con la desaparición de muchos bosques de ribera, la modificación de los cursos fluviales, los propios efectos del progresivo cambio climático (con lluvias torrenciales y acusados estiajes), así como la contaminación de las aguas con los vertidos incontrolados, o la introducción de especies invasoras de peces en nuestros ríos, que se alimentan de los mismos tipos de pescado que el Martín Pescador, explican que en nuestros días haya llegado a limitarse la presencia de esta ave en muchas zonas de España. Por tanto, es un ave en peligro de extinción en los próximos años. Según datos de SEO Birdlife, aproximadamente un 70% de las crías no suelen pasar del año de vida, y de los que superan esa edad, menos de la décima parte alcanzan el cuarto año de vida.
Afortunadamente, en la mayor parte de los humedales extremeños por los que he tenido la oportunidad de moverme, en estos últimos años y hasta la actualidad, poseen aguas que ofrecen condiciones idóneas para la supervivencia del Martín Pescador.



A lo largo de muchos años observando en la distancia a través de los prismáticos o fotografiando a escasos metros a los martines pescadores, puedo asegurar que es muy rara la ocasión en la que, tras una vertiginosa zambullida, estos retornan al posadero sin su presa. En ocasiones pueden capturar varias piezas a la vez.
Se aprecia un notable contraste entre el alargado pico, utilizado a modo de certero arpón en el momento de pescar, y el menor tamaño que poseen tanto la cola como sus patas. Estas últimas son de vivos tonos anaranjados en los adultos, mientras que en los ejemplares más jóvenes sus patitas tienen una coloración más oscura. No es difícil distinguir la hembra del macho en esta especie. Mientras que la parte inferior del pico de la hembra presenta un color anaranjado, en el macho es todo de color negruzco.




Para los amantes de esta especie coraciforme, pero también para quienes deseen conocer más de cerca el hábitat y características del Martín Pescador, sugiero el visionado de esta sensacional película documental que forma parte de los archivos de Televisión Española, correspondiente al programa del recordado maestro Félix Rodríguez de la Fuente ‘El Hombre y la Tierra’. Concretamente se trata del capítulo 74, dedicado al Martín Pescador.
Para más información sobre la especie, también recomendamos la consulta de la web de SEO BirdLife