Las personas con discapacidad intelectual no estarán solas mañana martes, 3 de diciembre. Mensajeros de la paz Extremadura ha organizado en Moraleja la III Marcha por la discapacidad, que espera reunir a cerca de medio millar de personas.
A los 120 usuarios del centro ocupacional y del centro residencial y familiar de Nuñomoral, ambos gestionados por Mensajeros de la paz Extremadura para personas con discapacidad, se suman este año alumnos del centro de formación del medio rural, del instituto Jálama, de los colegios Joaquín Ballesteros, Cervantes y Virgen de la Vega, el grupo de folklore regional Jóvenes Extremeños, las asociaciones Aspace y Axpay y la asociación de pescadores Virgen de la Vega.
Además, participarán también los pacientes de la comunidad terapéutica Rozacorderos, gestionada también por la asociación convocante. El ayuntamiento de Moraleja, un año más, participa en la organización y ha puesto a disposición de la asociación los efectivos de Protección Civil y Policía Municipal necesarios para garantizar la seguridad durante la Marcha.
La cita tendrá lugar mañana martes, 3 de diciembre, fecha en la que se conmemora, desde 1992, el Día internacional de las personas con discapacidad. La tercera edición de esta iniciativa comenzará en el centro ocupacional, ubicado en la plaza Duque de Ahumada, y finalizará en la Plaza de la Encomienda con la lectura de un manifiesto a cargo de Rosa Martín, usuaria de Mensajeros de la paz Extremadura. Representantes de los colegios y asociaciones participantes leerán también frases alusivas a la jornada.
En palabras de la presidenta de Mensajeros de la paz Extremadura, Mercedes Murias, “trabajar con personas con discapacidad es luchar, en muchas ocasiones, para combatir su invisibilidad, una invisibilidad que se acentúa cuando la población discapacitada reside en el mundo rural”. “Con este tipo de acciones pretendemos dar una mayor visibilidad a las personas con discapacidad porque si bien hemos avanzado mucho en derechos y atención en los últimos años, aún queda camino por recorrer para alcanzar la normalización de la diferencia”. “Si falta un color, no existe el arco iris”, reflexiona la presidenta.