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La vocación de servicio a las personas se manifiesta más claramente cuando las circunstancias que nos rodean se complican especialmente, como ha sucedido para muchas personas con discapacidad durante esta crisis sanitaria. La ONCE, una institución tan querida y valorada por la ciudadanía española, ha suprimido durante más de dos meses la venta de casi todos sus productos de juego, y ha cerrado casi todos sus canales de venta, con la enorme merma de ingresos que esto ha supuesto. Pero ha dado lo mejor de sí misma, atendiendo más y mejor a las personas más vulnerables justo cuando más lo han necesitado.
Ahora que empezamos la llamada ‘nueva normalidad’ la ONCE se prepara para volver a las calles, donde nunca había faltado en sus 81 años de existencia. Coincidiendo con la publicación de esta revista, el día 15 de junio, y con protocolos de higiene y protección suficiente, sus trabajadores saldrán del ERTE que han vivido y volverán a poner a la venta los productos de juego de la entidad.
El cupón diario, fuente de más del 90% de los ingresos del grupo ONCE, volverá a llevar la ilusión a los ciudadanos. Su recaudación sirve para pagar salarios y atención especializada a muchos agentes vendedores y afiliados, además de toda la infraestructura de la organización en Extremadura, y para apoyar la tarea de la Fundación ONCE. Los 500 agentes vendedores en Extremadura son personas con una discapacidad reconocida igual o superior al 33%, a los cuales la organización ha complementado sus ingresos, además de consensuar con los sindicatos los términos del ERTE que les ha afectado.
Para volver al trabajo la ONCE ha preparado y perfeccionado el protocolo de seguridad e higiene, trabajando en la dotación de equipos de protección personal, además de incrementar la frecuencia de limpieza de los quioscos y los stands, y la formación específica del personal para su seguridad y la de los clientes.
El presidente del Consejo territorial de la ONCE en Extremadura, Venancio Ortiz, en declaraciones a El Periódico Extremadura, ponía de relieve las enormes dificultades que supone para las personas ciegas la ausencia de contacto físico, y demandaba de la sociedad un apoyo, especialmente importante ahora, que permita a las personas con discapacidad incorporarse plenamente a esta ‘nueva normalidad’.
Además, la ONCE ha elaborado una guía con consejos útiles para garantizar la seguridad de las personas ciegas en la desescalada. Este documento responde a las dudas expresadas por los profesionales de la organización, y contiene recomendaciones que se ajustan a las medidas de higiene y seguridad dictadas por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus; abarca desde el llamado ‘distanciamiento social’ hasta las medidas de higiene personal y colectiva, además de instrucciones para los desplazamientos mediante el uso del transporte público, la forma de dar y solicitar ayuda física, o cómo hacer gestiones y compras. La guía también incluye recomendaciones específicas para las personas sordociegas, especialmente sensibles ante las dificultades de contacto físico.
La ONCE también es noticia por la alerta que ha lanzado por el uso de internet durante la crisis sanitaria. Por una parte, el acceso a la red y a muchas plataformas digitales ha facilitado la conexión entre personas estos días de confinamiento, tanto en entornos sociales como educativos, laborales, de ocio e información. Pero la falta de accesibilidad de páginas web y aplicaciones también ha complicado el acceso a servicios básicos para personas ciegas o con discapacidad visual. Son un claro ejemplo de falta de accesibilidad las aplicaciones relacionadas con la Covid-19, las páginas web de algunos grupos médicos, o los servicios de petición de cita a través de las aplicaciones de las comunidades autónomas. La ONCE recuerda que, al diseñar y poner en servicio aplicaciones y páginas web o cualquier tipo de plataforma de acceso digital a servicios, es necesario contemplar las necesidades de accesibilidad de todas las personas, para evitar adaptaciones posteriores que requieren mayor inversión de recursos y tiempo. Se trata de permitir que todos, en igualdad de condiciones, podamos acceder a la educación, la información, el teletrabajo, la compra diaria online, o los servicios de salud. Se impone seguir trabajando para cumplir con el diseño universal, un derecho de todos.
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