Una de las confirmaciones de alternativas que dio mucho que hablar fue la de un torero, Antonio de Dios y Moreno, apodado ‘Conejito’ y nacido en el barrio cordobés de la Merced. Tras recorrer la trayectoria habitual en los principiantes de su época, se presentó en Madrid, el 9 de julio de 1893, estoqueando, así se decía antes, reses de Pérez de la Concha. Le acompañaron en el cartel ‘Bebe Chico’ (sin acento el Bebe) y ‘Bombita’. Tuvo un cierto éxito y eso le sirvió para torear bastante hasta su alternativa de matador de toros. Esta se la concedió su paisano ‘Guerrita’, en Linares, el 5 de septiembre de 1895. El toro de la cesión perteneció al hierro de José Orozco.
Para el día 11 de julio de 1897, a las cinco de la tarde, estaba anunciada su confirmación de alternativa en Madrid. Los toros pertenecieron al marqués de Villamarta y el espada encargado de la ceremonia de cesión de trastos era ‘Minuto’. Pero no se celebró el protocolo, porque ‘Conejito’ adujo que él ya era matador de toros. Se organizó un gran escándalo y para el 22 de julio siguiente Antonio Fernández de Heredia ‘Hache’, ilustrado redactor de ‘El Nacional’, convocó una reunión en la Asociación de la Prensa de Madrid con la intención de tratar este asunto. En ella se acordó solicitar al gobernador de la provincia que no autorizara ningún cartel en los que figurara el diestro Antonio de Dios ‘Conejito’ o cualquier otro torero que no confirmase la alternativa en Madrid. A ello se opusieron Leopoldo Vázquez y Luis Cornellá, presentes en la citada reunión junto a destacados investigadores, escritores y revisteros de la época.
Y todo ello dio lugar a que se escribieran muchos artículos, unos a favor y otros en contra, justificando o atacando la postura del diestro cordobés. En la revista ‘Pan y Toros’ se publicaron varios bajo el siguiente interrogante: “¿Cuál es su opinión respecto a las alternativas?”, y en ellos opinaron Vicente García ‘Villaverde’, Luis Mazzantini, Juan Ruiz ‘Lagartija’, Antonio Carmona ‘el Gordito’, Manuel Hermosilla, Enrique Vargas ‘Minuto’ y José Rodríguez ‘Pepete’, sin que hubiera unanimidad en sus exposiciones.
Otras publicaciones se ocuparon del tema, y durante mucho tiempo se dieron todo tipo de argumentos y explicaciones en relación con lo que venía sucediendo con las alternativas, las confirmaciones y la antigüedad de los matadores de toros. También salieron a la luz muchos sucesos históricos concernidos con lo anterior, remontándose los estudios, en algunos de ellos, hasta 1831, año en el que Francisco Montes ‘Paquiro’ se presentó en Madrid. Y, como es natural, se hizo durante semanas una recopilación de aquellas alternativas y confirmaciones en las que hubo alguna irregularidad o, más bien, algún alejamiento de la tradición. Pero, como suele pasar en estos casos, todo terminó de manera satisfactoria para la mayoría.
El 8 de mayo del año siguiente, en la sexta corrida del abono madrileño, junto a Antonio Moreno ‘Lagartijillo’ y Antonio Fuentes, hizo el paseíllo el rebelde ‘Conejito’ para estoquear una corrida de los herederos de Vicente Martínez. La crónica podría haberse titulado la corrida de los tres ‘Antonios’, como aquella otra de los tres ‘Pepes’, de la que ya hablé, pero fue la corrida de la reconciliación del cordobés con la afición de Madrid, con unos pocos historiadores y con algunos de sus compañeros. Mató el primer toro por cesión del espada mencionado en primer lugar, y pudo borrar lo que dejó escrito el año anterior el cronista de ‘Sol y Sombra’: “‘Conejito’, que no hubiera perdido nada y sí ganado mucho con doctorarse en Madrid, prefirió quedarse con el grado de bachiller que obtuvo en Linares, sin tener en cuenta que no son los profesores los que confieren los títulos, sino las universidades constituidas en tribunal”.
